miércoles, 28 de julio de 2010
EL ARTE DEL PROLEGÓMENO
El otro día alguien colgó en el Facebook una noticia cuyo encabezamiento rezaba: "Elmundo.es publica la reseña de un concierto antes de celebrarse". Y que continuaba: "Con la llegada del verano, los festivales se multiplican a lo largo y ancho de toda la geografía española. Desbordado ante tal avalancha musical, un redactor de elmundo.es ha publicado esta tarde una reseña del concierto que los granadinos Lori Meyers iban a dar ayer sábado a las 21:30 de la noche, en el Low Cost Festival de Benidorm. El texto incluye valoraciones como 'Otra vez, funcionó la comunión público-artista' y enumera algunos de los temas que tocaron..." Siento el coitus interruptus, pero en honor a la verdad, debo admitir que el enlace no funcionaba y hasta ahí, como Mayra, pude leer. Pero no importa. Ya que esto va sobre la falta de rigor y el a priori, mejor empezar dando ejemplo. La primera en la frente.
Y aun así... Aun así, esta información cercenada y a medias no impidió que me quedara hechizado por este modus operandi. Y yo, que soy de naturaleza proclive al experimento (jaja) y que gusto de probar nuevas y emocionantes sensaciones, me he querido lanzar a poner en práctica en mis propias carnes y a tiempo real esta forma de actuar. Prestarme al prejuicio.
El previo:
Lo primero, elegir un objetivo, un tema, un escenario. Tras un arduo y proceloso estudio, después de un sesudo y pormenorizado análisis de pros y de contras, he decidido que el material sobre el que iba a realizar el experimento iba a ser el próximo estreno de la película El equipo A. Como ya digo que la elección está lejos de ser fruto del azar, dejo aquí las principales razones que me han llevado a decantarme por dicho tema:
1. mi conocimiento previo del asunto: una cosa es escribir y juzgar algo que no se ha visto, leído o escuchado; y otra muy distinta, hacerlo sobre algo de lo que no se tiene ni repajolera idea. A la obra se va con casco, y al prejuicio se tira uno si hay eso, un pre al que agarrarse, un previo del que tirar, un tópico al que desangrar. Siendo como había sido El equipo A una de mis series de infancia (mi favorito era, por cierto, Murdock; y recuerdo que mi tío decía que era una gran serie: 'se reparten muchas hostias y siempre sale alguna tía buena'), al menos tenía un referente real y, si me apuran, literario, del que echar mano.
2. la película en cuestión no se estrena hasta este próximo viernes (eso dicen las marquesinas), lo cual le da más emoción al tema (como los magos cuando partían en dos a la chica), y las dosis exactas de verosimilitud que todo experimento científico que se precie requiere. Incluso, puedo prometer y prometo que ni siquiera he visto el tráiler.
3. el hecho de que al lado de mi 'prejuicio amigo' (punto uno) existe un 'prejuicio cabrón' (haber criticado con fruición la elección de Liam Neeson como Hannibal -el personaje que interpretaba George Peppard en la serie y que habría bordado, a mi pre/juicio y pre/parecer el otro George/Clooney-.
Así pues, -inspiro, expiro-, estoy preparado para la prueba. Bajamos escotillas, cerramos compuertas. Condensador de fluzo fluzeando. Comunicación con el exterior interrumpida. El experimento se pone en marcha.
El resultado:
EL EQUIPO A: los planes no siempre salen bien.
En un panorama yermo en el que la imaginación brilla por su ausencia y el riesgo está penalizado, parece que el recuperar, reinventar, rescatar, retomar y recrear es la única opción para seguir produciendo películas de esas que se han dado en llamar 'blockbuster', productos para un público poco exigente que se convierten, sin embargo, en verdaderos taquillazos. Esta vez le ha tocado el turno a El equipo A, aquella -no diré mítica- serie de los ochenta, protagonizada entre otros por George Peppard, Dirk Benedict y Mr. T, en la que se narraban las aventuras de cuatro muchachitos, hombres del ejército que habían sido encarcelados por un delito que no habían cometido y que seguían siendo buscados. Con un casting más que discutible (Liam Neeson no es Hannibal se pongan como se pongan, y el nuevo M.A. es un pálido imitador de aquel Mr. T de cepillo en testa; la inclusión de Bradley Cooper -Resacón en Las Vegas- y de Sharlto Copley -Distrito 9-, sin embargo, no podía ser más adecuada) y con un arranque bastante trepidante, la película va haciendo aguas según pasan los minutos. Las carencias en el guión y la planicie de los personajes son camufladas, sin demasiado éxito, y una y otra vez, por explosiones, fuegos de artificio y amagos de acción cardíaca. Pero ni la historia interesa, ni el ritmo se mantiene, ni -permítanme la broma- sale Anita Obregón. Por mucho que a Hannibal le encante que los planes salgan bien, hay ocasiones en las que es mejor ni intentarlo.
Fin de la prueba. Despresurización de la cabina. Respiro normalmente. Constantes vitales estables.
Las conclusiones:
Nicanor, en calidad de tapir de Indias voluntario y en plena uso de sus facultades, asegura que la experiencia ha sido más que agradable; que una vez pasados los primeros instantes de pánico (lógicos, al opinar desde el más absoluto de los desconocimientos), las neuronas han entrado en una fase similar a la previa al sueño, de relajo infinito y paz con el cosmos; que el estado de beatitud logrado es similar al de un viaje lisérgico o trascendental; y que piensa presentarse como voluntario y someterse a más investigaciones de este tipo siempre y cuando recuerde observar -en el sentido religioso y/o legal del término- una serie de pautas que, de no ser cumplidas a rajatabla, podrían dar al al traste con el experimento y provocar un cortocircuito y daños irreparables en el sujeto estudiado. A saber:
1. criticar siempre a la contra. Destacar los previsibles, presuntos y a priori defectos del tema a tratar. En el arte del prejuicio, no está bien visto el halago. Suena facilón.
2. no entrar en detalles, no aportar datos (lo que se entiende por tal), ni fundamentar nada. Se corre el riesgo de entrar en un callejón sin salida. Mejor moverse en las calmas y cómodas aguas del topicazo. Evitar las trampas mortales que nos tiende el cerebro. Para este punto ha sido determinante constatar la sudoración fría que ha bañado la piel del tapir cuando ha estado a punto de cometer un error fatal: escribir que, afortunadamente, habían conservado la banda sonora original que servía de cabecera a la serie (las conexiones de memoria del tapir han estado susurrándole en loop y durante todo el transcurso del examen el tataratatatata).
3. meter algún chascarrillo irónico o de connaisseur que no dejen lugar a dudas sobre la altura intelectual del firmante. Incluir a su vez un par de datos o de fechas (fácilmente encontrables y contrastables en Google) que den mayor consistencia y enjundia a la opinión.
4. adoptar un tono de superioridad y de seguridad aplastantes. Contundencia es la palabra clave. Desmarcarse de la masa, dejar claro que uno está por encima del bien y del mal. Esto concederá respetabilidad y credibilidad, proporcionará una pátina de brillantez y amedrentará. Todo lo cual ayudará a que quede fuera de discusión la veracidad de lo dicho.
domingo, 25 de julio de 2010
TODAY IS THE DAY
Soy poco permeable a las recomendaciones musicales. No me enorgullezco de ello. Lo digo con boquita piñón, mirada al suelo y rubor mejillil. Esta sordera era para mí un misterio irresoluble. Hasta aquí y hasta ahora. ¿Por qué, si soy bastante obediente en lo que a libros y películas se refiere, me es tan complicado hacer caso de las indicaciones disquiles? Estos días he encontrado la respuesta. Mi cerebro parece almacenar la información en cuestión para hacer uso de ella cuando realmente se presenta la oportunidad. Dicha oportunidad ha de venir siempre dada por el puro y simple azar. Un día escucho una canción que salta en algún lugar de forma improvisada y entonces me digo 'ah', y entonces recuerdo 'oh' todo lo que me dijeron, y lo busco y 'ey' suele gustarme. Pero porque aquel era EL momento y EL lugar. De pronto, te reconoces ahí. Tu cronología está ahí. Biografía cantada. Presente musicado. Tal cual. Pero es ESE momento, no el de hace un año o seis meses o tres semanas. Había que esperar. Tenía que llegar. Una especie de absurdo e indescifrable, pero ineludible, ritmo interno. Algo así me ha sucedido con Nudozurdo, grupo del que me habían hablado miles de veces en términos más que benevolentes y yo seguía de que no. Por nada, como siempre. Por algo, sé ahora. El otro día escuché, no sé bien por qué, Mil espejos. Dejé de hacer lo que estaba haciendo. Y presté atención. Oh sí. La busqué en Spotify (que es como aquel anuncio de Scotch Brite, ¡Yo no puedo estar sin él!) y la puse tres veces más. Cegado. Luego ya, Sintética del tirón (el primero aún no me ha entrado, salvo la brillante Sólo sabe trabajar, incluso cantada -como lo está- a la Victor Manuel). Y flipé. Una mezcla de obsesión, rabia, dolor y tristeza. Humor negro. Negativo, Ganar o Perder, El hijo de Dios, y, sobre todo Ha sido divertido (¡la letra!, sencillamente no me lo podía creer).
Seguiré dejando pues que el destino decida. No me lo tomen a mal.
jueves, 22 de julio de 2010
EL SECRETO DEL PIBONAZO
El otro día estuve en una gigantesca terraza desde la que se veía el cartel del Tío Pepe por detrás. Este detalle es tan irrelevante para lo que sigue como emocionante para mí fue estar allí observando la puerta del Sol desde las alturas.
El caso es que, no sé cómo, la conversación acabó girando en torno al concepto pibón.
¿Qué es un pibón? Definición, descripición y ejemplos.
¿Qué hace a alguien ser un pibón y qué puede hacer que no lo sea ni de coña?
¿El concepto pibón es de uso exclusivo para ellas o puede aplicarse también a ellos?
La cosa provocó una divertida y agitada polémica entre los presentes (incluso a nivel ortográfico: dudamos muy mucho si el término pibón se escribía con be de buenorra o uve de voluptuosa).
A pesar de la disparidad de opiniones y criterios, hubo consenso y acuerdo en ciertos aspectos:
- el pibón siempre sonríe. Si está amargado, ya no es pibón.
- Beyoncé es el prototipo de pibón, el ejemplo perfecto (aquí la mayoría mostró conformidad). Scarlett Johansson también fue aceptada por casi total unanimidad como pibón. Cosa que no sucedió, por citar otro nombre, con Rachel Weisz, que fue abucheada por la mayoría de la concurrencia.
También se barajó:
- la posibilidad de montar una agencia que descubra, potencie, etiquete o impulse pibones. Se llamaría PIBONSA.
- la necesidad de crear el CRP (comité regulador del pibón) para evitar polémicas como la que estábamos presenciando.
El tema me pareció de tal calado que decidí seguir investigando por mi cuenta sobre esta apasionante minoría social. Al igual que el piponazo, el pibonazo tenía su secreto.
Primer paso en todo estudio que se precie: introducir el término en Google y anotar el resultado:
En imágenes, la primera foto que aparece es:
Y la definición que aparece de pibón (con be, primera duda resuelta) en el Wikcionario, el diccionario libre, dice:
* Etimología: Aumentativo de piba
* Grafías alternativas: pivón
1
Mujer de gran atractivo
* Ámbito: España
* Uso: Coloquial
* Sinónimos: bombón, lomo
La segunda entrada relativa al término pibón, es un portal llamado SetaLoca, en cuya página de bienvenida se dice: "En SetaLoca no somos precisamente futbolistas famosos que tengan el dinero por castigo, ni somos asquerosamente ricos (aún), pero eso no quita que nos codeemos con pibones. Si eres chica y te gustaría ser nuestro Pibón del mes, mándanos una foto de cuerpo entero a info@setaloca.com y podrás alcanzar las más altas cotas del estrellato internacional luciendo ese cuerpo que Dios te dio".
Una vez consultada la realidad virtual, decidí pasar al trabajo de campo. Aquí van algunas de las reflexiones que ha suscitado el pibonismo:
* Clases de pibones:
Sólo existen dos tipos de pibones: las que caminan como si lo fueran, y las que lo son sin reconocerse como tales y que, aún así, lo son. Las primeras, tengan o no la "calidad de", tienen la "condición", y por ello se follarán lo que quieran y a su vez son follables (en sentido sexual, laboral y práctico en general). Las segundas son directamente irresistibles, de esas con las que uno folle o no, arruinarían una vida junto a ellas.
* Casos prácticos:
Pibón es una mujer muy guapa pero sobre todo exuberante y curvosa. Pibones por antonomasia son/eran Sofia Loren o Ava Gadner, esas ánforas griegas. Es lo que toda la vida ha sido una "jaca" o una "real hembra". "Poderío" es un palabro que les sienta bien.
* Uso del término pibón:
Paradójico: a pesar de sus aparentemente inequívocos sufijos, el concepto "pibón" (por supuesto con be) es, fundamentalmente, de ellas para ellas. Las mujeres emplean el pibón para designar a aquéllas cuya belleza y poderío no admite discusión, esa hermosura fríamente objetiva que califica a ciertas mujeres del mismo modo que podría hacerlo el color de su pelo o la longitud de su figura. Es tan femenino hablar del pibón como decir aquello de "tener buen tipo".
Los hombres, para los que la belleza, o su ausencia, resulta -afortunadamente-algo muy subjetivo nos resistimos a hablar del pibón. Lo hacemos, las más de las veces por tirarnos el pisto que por otra cosa, del mismo modo que los chicos heteros sudamos tinta para aventurar juicios mesurados y razonables sobre el posible atractivo de otros chicos. El uso de "pibón" entre amigos se limita a anécdotas, chistes o situaciones en las que no importa la exageración, nadie va a comprobar si la chica era tan universalmente guapa. Menuda chorrada decirle a un colega "eh, mira que pibón" pudiendo decir "eh, mira que tía más buena" o "eh, mira que macizauska" o "menuda trucha". El uso del pibón de ellos -heteros, al menos- para ellos está absolutamente vetado. No existe...
A ver, me acaba de pasar algo que, creo, refuerza mi teoría. O quizás no. Te lo cuento:
Entro a la cafetería que frecuento, a tomarme un café. Descubro un sitio libre en la barra y, cuando estoy ocupándolo, el camarero, que es amiguete, me dice:
-Perico, échate un poco atrás que en este sitio está un pibón que lo vas a flipar.
-Qué cabrón -apostilla un parroquiano.
Porque claro, el pibón es un orco. De flipar, eso sí.
Corolario: los tíos empleamos pibón como término ideal, utópico o, como en este caso, una brutal e irónica metáfora. Las tías lo hacen en un sentido real, concreto y carnal. Identifican al pibón; al contrario que nosotros, que lo mitificamos.
* Requisitos del pibón:
Los pibones tienen la voz bonita, las manos delicadas y una sonrisa bonita.
Antipibón: La Duquesa de Alba y todas las que tengan una voz de esas que se arrastran. Voz y manos feas=callos malayos.
----
Un pibón no es un tapón. No sé por qué, pero siempre he pensado que la cualidad primera e indispensable de un pibón es ser alta, ¿no crees? Una tía bajita no puede ser un pibón. No sé, rollo Eva Longoria... No puede ser un pibón si es un retaco, ¿no?. "Si tapón, no pibón".
----
Estoy de acuerdo en lo de alta. Un día pasé al lado de Elsa Pataky y ni me di cuenta. Pibón tiene algo que ver con el tamaño, sin duda. Puede que más que altura sea proporción, pero para mí tiene que ver con la respiración. Puede ser un pibón alguien cuando está sentada, pero tiene que ser esbelta, cuello largo... No sé. Pero sobre todo sonreír con la mirada, brillar... Los pibones brillan y no puedes dejar de prestarles atención. ¡Y nunca son de minifalda/cinturón!
* Manual del perfecto pibón:
He intentado descifrar la fórmula del pibón universal (en el campo de lo práctico y de lo que me rodea).
Las conclusiones han sido que tiene que ser todo DE LIBRO.
Pibón, de piba, se aplica solo a tía.
Para parecerlo, hay que seguir esto:
-el vestir ha de ser muy básico y jamás anticiparse a nuevas tendencias.
Entre más corto o más largo, elegir siempre corto, pero jamás anticiparse a nada.
-el pibonazo está por encima de todo y le quita importancia a las cosas que van en contra de ella, desde pequeños percances a ideología política.
-hay que ser muy alta (gorda o flaca da igual).
-hay que llevar escote y las tetas destacadas.
-hay que tener un buen pelo y largo (si es corto, se debe compensar con algún don excepcional de la naturaleza). Sólo se admiten dos peinados, pelo suelto o cola de caballo alta. Color de pelo no importa.
-hay que "desprender" salud. Buenos dientes, calidad de pelo, de uñas, color de piel uniforme que da un buen bronceado, etc. El pibón es inconscientemente para un tío una madre para sus hijos.
-hay que moverse y desplazarse mucho en todo momento, despacio y con un poco de contorneo.
-en la conversación, hay que desafiar sin llevar la contraria. Plantear dudas, situaciones, sin tener ni idea de qué se habla.
Notas a pie de página:
Un par de frases:
"Siempre he pensado que si unas cuantas tías piensan/dicen de ti que eres un pibón, estás heterosexualmente muerta".
Esta no tiene nada que ver con el tema que nos ocupa, pero me pareció grandiosa:
"Yo es que sólo me acuerdo de los chistes de los ochenta" (Monsieur Yustos dixit).
El caso es que, no sé cómo, la conversación acabó girando en torno al concepto pibón.
¿Qué es un pibón? Definición, descripición y ejemplos.
¿Qué hace a alguien ser un pibón y qué puede hacer que no lo sea ni de coña?
¿El concepto pibón es de uso exclusivo para ellas o puede aplicarse también a ellos?
La cosa provocó una divertida y agitada polémica entre los presentes (incluso a nivel ortográfico: dudamos muy mucho si el término pibón se escribía con be de buenorra o uve de voluptuosa).
A pesar de la disparidad de opiniones y criterios, hubo consenso y acuerdo en ciertos aspectos:
- el pibón siempre sonríe. Si está amargado, ya no es pibón.
- Beyoncé es el prototipo de pibón, el ejemplo perfecto (aquí la mayoría mostró conformidad). Scarlett Johansson también fue aceptada por casi total unanimidad como pibón. Cosa que no sucedió, por citar otro nombre, con Rachel Weisz, que fue abucheada por la mayoría de la concurrencia.
También se barajó:
- la posibilidad de montar una agencia que descubra, potencie, etiquete o impulse pibones. Se llamaría PIBONSA.
- la necesidad de crear el CRP (comité regulador del pibón) para evitar polémicas como la que estábamos presenciando.
El tema me pareció de tal calado que decidí seguir investigando por mi cuenta sobre esta apasionante minoría social. Al igual que el piponazo, el pibonazo tenía su secreto.
Primer paso en todo estudio que se precie: introducir el término en Google y anotar el resultado:
En imágenes, la primera foto que aparece es:
Y la definición que aparece de pibón (con be, primera duda resuelta) en el Wikcionario, el diccionario libre, dice:
* Etimología: Aumentativo de piba
* Grafías alternativas: pivón
1
Mujer de gran atractivo
* Ámbito: España
* Uso: Coloquial
* Sinónimos: bombón, lomo
La segunda entrada relativa al término pibón, es un portal llamado SetaLoca, en cuya página de bienvenida se dice: "En SetaLoca no somos precisamente futbolistas famosos que tengan el dinero por castigo, ni somos asquerosamente ricos (aún), pero eso no quita que nos codeemos con pibones. Si eres chica y te gustaría ser nuestro Pibón del mes, mándanos una foto de cuerpo entero a info@setaloca.com y podrás alcanzar las más altas cotas del estrellato internacional luciendo ese cuerpo que Dios te dio".
Una vez consultada la realidad virtual, decidí pasar al trabajo de campo. Aquí van algunas de las reflexiones que ha suscitado el pibonismo:
* Clases de pibones:
Sólo existen dos tipos de pibones: las que caminan como si lo fueran, y las que lo son sin reconocerse como tales y que, aún así, lo son. Las primeras, tengan o no la "calidad de", tienen la "condición", y por ello se follarán lo que quieran y a su vez son follables (en sentido sexual, laboral y práctico en general). Las segundas son directamente irresistibles, de esas con las que uno folle o no, arruinarían una vida junto a ellas.
* Casos prácticos:
Pibón es una mujer muy guapa pero sobre todo exuberante y curvosa. Pibones por antonomasia son/eran Sofia Loren o Ava Gadner, esas ánforas griegas. Es lo que toda la vida ha sido una "jaca" o una "real hembra". "Poderío" es un palabro que les sienta bien.
* Uso del término pibón:
Paradójico: a pesar de sus aparentemente inequívocos sufijos, el concepto "pibón" (por supuesto con be) es, fundamentalmente, de ellas para ellas. Las mujeres emplean el pibón para designar a aquéllas cuya belleza y poderío no admite discusión, esa hermosura fríamente objetiva que califica a ciertas mujeres del mismo modo que podría hacerlo el color de su pelo o la longitud de su figura. Es tan femenino hablar del pibón como decir aquello de "tener buen tipo".
Los hombres, para los que la belleza, o su ausencia, resulta -afortunadamente-algo muy subjetivo nos resistimos a hablar del pibón. Lo hacemos, las más de las veces por tirarnos el pisto que por otra cosa, del mismo modo que los chicos heteros sudamos tinta para aventurar juicios mesurados y razonables sobre el posible atractivo de otros chicos. El uso de "pibón" entre amigos se limita a anécdotas, chistes o situaciones en las que no importa la exageración, nadie va a comprobar si la chica era tan universalmente guapa. Menuda chorrada decirle a un colega "eh, mira que pibón" pudiendo decir "eh, mira que tía más buena" o "eh, mira que macizauska" o "menuda trucha". El uso del pibón de ellos -heteros, al menos- para ellos está absolutamente vetado. No existe...
A ver, me acaba de pasar algo que, creo, refuerza mi teoría. O quizás no. Te lo cuento:
Entro a la cafetería que frecuento, a tomarme un café. Descubro un sitio libre en la barra y, cuando estoy ocupándolo, el camarero, que es amiguete, me dice:
-Perico, échate un poco atrás que en este sitio está un pibón que lo vas a flipar.
-Qué cabrón -apostilla un parroquiano.
Porque claro, el pibón es un orco. De flipar, eso sí.
Corolario: los tíos empleamos pibón como término ideal, utópico o, como en este caso, una brutal e irónica metáfora. Las tías lo hacen en un sentido real, concreto y carnal. Identifican al pibón; al contrario que nosotros, que lo mitificamos.
* Requisitos del pibón:
Los pibones tienen la voz bonita, las manos delicadas y una sonrisa bonita.
Antipibón: La Duquesa de Alba y todas las que tengan una voz de esas que se arrastran. Voz y manos feas=callos malayos.
----
Un pibón no es un tapón. No sé por qué, pero siempre he pensado que la cualidad primera e indispensable de un pibón es ser alta, ¿no crees? Una tía bajita no puede ser un pibón. No sé, rollo Eva Longoria... No puede ser un pibón si es un retaco, ¿no?. "Si tapón, no pibón".
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Estoy de acuerdo en lo de alta. Un día pasé al lado de Elsa Pataky y ni me di cuenta. Pibón tiene algo que ver con el tamaño, sin duda. Puede que más que altura sea proporción, pero para mí tiene que ver con la respiración. Puede ser un pibón alguien cuando está sentada, pero tiene que ser esbelta, cuello largo... No sé. Pero sobre todo sonreír con la mirada, brillar... Los pibones brillan y no puedes dejar de prestarles atención. ¡Y nunca son de minifalda/cinturón!
* Manual del perfecto pibón:
He intentado descifrar la fórmula del pibón universal (en el campo de lo práctico y de lo que me rodea).
Las conclusiones han sido que tiene que ser todo DE LIBRO.
Pibón, de piba, se aplica solo a tía.
Para parecerlo, hay que seguir esto:
-el vestir ha de ser muy básico y jamás anticiparse a nuevas tendencias.
Entre más corto o más largo, elegir siempre corto, pero jamás anticiparse a nada.
-el pibonazo está por encima de todo y le quita importancia a las cosas que van en contra de ella, desde pequeños percances a ideología política.
-hay que ser muy alta (gorda o flaca da igual).
-hay que llevar escote y las tetas destacadas.
-hay que tener un buen pelo y largo (si es corto, se debe compensar con algún don excepcional de la naturaleza). Sólo se admiten dos peinados, pelo suelto o cola de caballo alta. Color de pelo no importa.
-hay que "desprender" salud. Buenos dientes, calidad de pelo, de uñas, color de piel uniforme que da un buen bronceado, etc. El pibón es inconscientemente para un tío una madre para sus hijos.
-hay que moverse y desplazarse mucho en todo momento, despacio y con un poco de contorneo.
-en la conversación, hay que desafiar sin llevar la contraria. Plantear dudas, situaciones, sin tener ni idea de qué se habla.
Notas a pie de página:
Un par de frases:
"Siempre he pensado que si unas cuantas tías piensan/dicen de ti que eres un pibón, estás heterosexualmente muerta".
Esta no tiene nada que ver con el tema que nos ocupa, pero me pareció grandiosa:
"Yo es que sólo me acuerdo de los chistes de los ochenta" (Monsieur Yustos dixit).
miércoles, 21 de julio de 2010
EN CLAVE DE NEGRO
Buah!
Cómo me gusta el nuevo disco de The Black Keys.
Para empezar el diseño: doble vinilo.
La portada: "This is an album by The Black Keys. The name of this album is Brothers".
La contra: "These are the names of the songs on this album. (lista de las cancionacas) These are the guys in the band (foteto de Patrick Carney y Dan Auerbach)."
Dentro, un poster. En una cara: "This is a Black Keys poster"; en la otra: "These are the lyrics".
Y en la galleta, "This is a stereo recording" y "These are the names od the songs on SIDE A."
Y así.
Ale.
Luego, lo demás.
Todo bien suciete, crujiente, rugiente, pegajosín, morbosillo.
Me encanta.
Una por cara:
Tighten Up es canción de esas de poner aguja una y otra vez. Hasta que se descuajeringue y se borren los surcos.
The Only One suena a misterio. Para quedarse muy quieto. Clavado. No pensar. Y dejar(se) hacer.
Sinister Kid pone. Mogollón. Serpentea y lubrica. Mojada y húmeda. Te dejará el parqué hecho un cristo.
Never gonna give you up se mete, avanza y se agarra. Esa voz deshaciéndose, implorando, suplicando, exigiendo.
Buah!
Etiquetas:
dan auerbach,
música,
the black keys
lunes, 19 de julio de 2010
ON REPEAT
Hay películas que uno ve una y otra vez, que uno sabe que volverá a ver una y otra vez, y, de las que uno tiene una certeza: que le van a gustar una y otra vez como si fuera la primera. Hay películas que uno necesita ver en pantalla grande, acariciando, de cuando en cuando, la posibilidad de un pase en la filmoteca de turno para cumplir EL sueño, como otros fantasean con la ocasión de ver a tal o cual artista en directo o con la oportunidad de que traigan esta o aquella exposición a algún kilómetro cercano a la redonda. La liturgia de la pantalla grande, de la sala en silencio, del negro envolvente, de la ausencia de mobiliario cotidiano.
Este sábado se realizó uno de esos deseos cien por cien fetichistas. Al fin pude ver en una sala una de mis películas favoritas de todos los tiempos: El hombre que pudo reinar. En el cine hacía calor, el asiento era infinitamente incómodo (tuve que atarme las piernas alrededor del cuello) y tenía un sueño la mar de atrasado contra el que luchar. Aún así, me pudo la emoción de volver a ver a Danny y Peachy, Sean y Michael, perdidos en territorios de Kafaristán, atravesando calamidades, conquistando, aventurándose, dejándose vencer por la gloria, y perdiéndolo todo, salvo el uno al otro. Sublime.
Luego pensé en las películas que, así, a botepronto, pensaba o recordaba haber visto más veces en mi vida.
La gran evasión
Doce del patíbulo
Cantando bajo la lluvia
Descalzos por el parque
¿Qué me pasa, doctor?
Charada
La fiera de mi niña
El gran Lebowski
Pulp fiction
Luna de papel
Dos hombres y un destino
El golpe
Indiana jones y el templo maldito
Con la muerte en los talones
Desayuno con diamantes
Beautiful girls
El verdugo
La octava mujer de Barba Azul
Los Goonies
Centauros del desierto
De todas, aún me quedan casi la mitad para su estreno en grande.
jueves, 15 de julio de 2010
LA GRAN MANZANA
Y no, no hablo de Manhattan.
Me refiero a José Ortega Heredia.
Qué grande, qué bestia, qué dispendio...
Estoy amanzanado total: sólo le escucho a él.
Lo curioso es que esto ha provocado una onda expansiva.
Ayer, por mi insistencia pesantísima en hablar de los hits manzánicos, un amigo se vistió de explorador para sumergirse en cajas de mudanza en busca de sus discos de Monsieur Petite Pomme. No podía soportar el odio y la envidia que le provocaban mi escucha en loop de -por decir algo- Caballito volador. No paró hasta que consiguió recuperar sus manzanetos. Simplemente los necesitaba.
Quien no haya experimentado el apple effect, no entenderá esta adicción; quien lo haya sufrido y gozado a partes iguales, comprenderá en todo su esplendor -en la hierba- lo que provoca escuchar la manzanil voz rota. Dan ganas de llorar, de reírse, de beber(se) un montón de cosas, de trasnochar a tope, de caminar a cualquier lugar, de tumbarse en el suelo, de dar besazos, de bailar, de sufrir montones, de canturrear, de enredar(se), de fumarse hasta los filtros, de dejar(se)... Y así.
Por si alguno no se atreve, el de las cajas ha hecho un diez de diez (yo he sido incapaz de decidirme). Gracias.
Con ustedes, Little Apple:
Mi top ten, con algún comentario:
1. Paloma blanca
2. Te amaré
3. Naino (Ay, qué dolor ayer cuando la volví a oír. Es uno de los temas más requetetristes que conozco. Me hunde; y recuerdo que cuando estaba hundido, me lo ponía una y otra vez. Es para llorar; como la de Brel pero en flamenco. El contrabajo es bestial. Esos papapapapa del coro, orquestales y cuasipop, y ¡¡¡ESA LETRA, POR-TODOS-LOS-DIOSES-DEL-OLIMPO!!!: "Tras arder siempre / nunca consumirme" o "Antes muerto estaré que escarmentado",
Esas 3 son mi máximo. Luego vendrían desordenadamente:
4. Un ramito de violetas
5. Acaba ya
6. La quiero a morir (llevo todo el día con ella)
7. Ni contigo ni sintigui (aunque sólo fuera por el título)
8. Gitana
9. No me lo creo
10. La del caballito volador (o como se llame; no la conocí hasta ayer, y me moló todo)
Top ten de lyrics requetechulas:
- "Para personarme en tus ramas / no importa que hayas vivido." (¡Qué manera de decir que echaría un polvo con ella aunque ella no sea virgen! ¡Y dicho por un gitano! Esta letra me ha flipado siempre)
- "Tras arder siempre / nunca consumirme"
- "Antes muerto estaré que escarmentado"
- "Gitana, gitana / tu pelo, tu pelo / tu cara, tu cara" (maravilla de las maravillas doblar los sintagmas)
- "Y yo que hasta ayer
sólo fui un holgazán,
y hoy soy el guardián
de sus sueños de amor
La quiero a morir.
Podéis destrozar
todo aquello que veis,
porque ella de un soplo
lo vuelve a crear
Como si nada.
Como si nada."
- "Ya cansado le pregunto a mi ser / si en su interior también se ha olvidado él" (de "Acaba ya")
- "Yo t'amaré, t'amaré / el amor yo t'aré, yo t'aré"
- "Si los lirios son bonitos
más bonitas son las rosas,
los lirios con sus colores
las rosas tan olorosas.
Ni contigo ni sintigui
mis penas tienen remedio
contigo porque me matas
y sin ti porque me muero."
¡Toma poesía!
- "Me estoy acostumbrando a ser tu caballito volador para alcanzarte a ti el sol"
- "quien te escribía a ti versos
dime niña quien era,
quien te mandaba flores, por primavera,
quien cada nueve de noviembre,
como siempre sin tarjeta si,
te mandaba a ti un ramito de violetas.
A veces sueña ella y se imagina,
como será aquel, que a ella tanto la estima
será mas bien hombre de pelo cano,
sonrisa abierta y ternura en sus manos"
lunes, 12 de julio de 2010
DON DE LENGUAS
Cuatro declaraciones de amor que, por una razón u otra, o incluso unas cuantas, me parecen perfectas:
1. RAMONES. I WANNA BE YOUR BOYFRIEND.
Directa al objetivo. Nada de rodeos, ni gilipolleces, ni eufemismos, ni metáforas. Un minuto y medio. No sobra, ni falta nada. Tan sencillo como 'nena, quiero ser tu novio'
2. MINA. AMOR MIO.
He recuperado a Mina tras visitar LA tienda de vinilos Beltza Records. Qué enormidad de mujer. Qué derroche. La llaman, veo en wikipedia, la Tigresa de Cremona. Por algo será.
3. MANZANITA. LA QUIERO A MORIR.
Me gusta más la original de François Cabrel, y la de Camilo Sesto me parece también antológica. Pero, ay, Manzanita, todo rijoso y gordaquer, diciendo 'y yo que hasta ayer sólo fui un holgasssán' con esa voz, es superior a mí...
4. JACQUES BREL. NE ME QUITTE PAS.
Absolutamente insuperable. La interpretación (lloraba a moco tendido siempre que la cantaba). La letra. "Déjame convertirme en la sombra de tu sombra, en la sombra de tu mano, en la sombra de tu perro, pero... no me dejes, no me dejes, no me dejes..." Pelos cual escarpias.
Notas a pie de página:
Estos dos (por TODO) se merecen un aparte.
Impresionantes ambos.
No hay palabras.
Y, POR SUPUESTO:
1. RAMONES. I WANNA BE YOUR BOYFRIEND.
Directa al objetivo. Nada de rodeos, ni gilipolleces, ni eufemismos, ni metáforas. Un minuto y medio. No sobra, ni falta nada. Tan sencillo como 'nena, quiero ser tu novio'
2. MINA. AMOR MIO.
He recuperado a Mina tras visitar LA tienda de vinilos Beltza Records. Qué enormidad de mujer. Qué derroche. La llaman, veo en wikipedia, la Tigresa de Cremona. Por algo será.
3. MANZANITA. LA QUIERO A MORIR.
Me gusta más la original de François Cabrel, y la de Camilo Sesto me parece también antológica. Pero, ay, Manzanita, todo rijoso y gordaquer, diciendo 'y yo que hasta ayer sólo fui un holgasssán' con esa voz, es superior a mí...
4. JACQUES BREL. NE ME QUITTE PAS.
Absolutamente insuperable. La interpretación (lloraba a moco tendido siempre que la cantaba). La letra. "Déjame convertirme en la sombra de tu sombra, en la sombra de tu mano, en la sombra de tu perro, pero... no me dejes, no me dejes, no me dejes..." Pelos cual escarpias.
Notas a pie de página:
Estos dos (por TODO) se merecen un aparte.
Impresionantes ambos.
No hay palabras.
Y, POR SUPUESTO:
viernes, 9 de julio de 2010
REY POR UN DÍA
Hoy quiero expresar un anhelo, un compromiso, un reto. Hoy quiero anunciar el firme juramento de volcarme -si se me presentara o presentase la ocasión- con la selección como lo hacen los reyes. Y me daría igual que la cosa fuera fútbol, baloncesto, waterpolo, petanca o el equipo de la Davis. Yo me volcaría cual volquete hidraúlico. Haría de ello un deber y una obligación. Desempeñaría mi rol con ahínco, ganas y tesón. Iría no sólo a la final, sino también a las primeras rondas. Me vestiría de rojo si la ocasión lo requiriera (o llegaría, incluso, a ponerme unos pantalones gualdas a la Marichalar si el dress code así me lo exigiera). Levantaría los puñitos en señal de victoria o los apretaría muy fuerte en signo inequívoco de gran agitación y nerviosismo -de generosa e infinita entrega dirían incluso los periódicos-. Me sentaría al lado de Henry Kissinger (otro muerto que está muy vivo). Usaría mi don de lenguas para departir amistosamente con jefes de estado, monarcas, presidentes de organismos en general y de fundaciones en particular. Iría a los vestuarios a saludar a los jugadores y a felicitarlos por llevar mi, su, nuestro, país tan arriba. Me acomodaría en el palco de honor con donaire y soltura, como si llevara haciéndolo toda una vida, como si fuera a estar haciéndolo otra más. Me desplazaría donde hiciera falta. Cogería el primer avión privado que se encartara o tuvieran a bien asignarme rumbo al rincón más alejado del planeta. Me asesoraría sobre las costumbres locales. Y hasta aprendería a tocar la vuvuzela en caso de imperativo legal. También haría un cursillo acelerado sobre dar apretones de manos (ni muy blandos, ni demasiado enérgicos). Besaría al pulpo Paul si con ello ayudara a la victoria. Sabría cuál es mi mejor perfil y me dejaría retratar y titular sin rechistar. No perdería los papeles. Me alegraría del triunfo de nuestros muchachos, pero sin exagerar: nada de aplaudir los errores del contricante. Los animaría (a los chavales) en caso de derrota con frases tipo 'el fútbol es así', 'has jugado tu mejor tenis' o 'nos ha faltado rematar'; espetadas todas con aplomo monárquico y cariño real. Me mostraría accesible y humano con los jugadores; apasionado durante el partido. No me levantaría salvo en caso de gol, triple o ace. Y sólo iría al baño en caso de extrema necesidad y en los descansos. Porfi, porfi, porfi, yo también me quiero volcar. Aunque sea sólo un ratito.
miércoles, 7 de julio de 2010
R.I.P.
O no RIP. Esa es la cuestión.
El otro leí un artículo sobre Franco Zeffirelli. Resulta que el tío está vivo. Con 87 años, pero tan campante.
Me fascinan los muertos a los que uno resucita; esos otros a los que se entierra dos veces; o darse cuenta de que algunos llevan, qué demonios, medio siglo rodeados de gusanos.
Ray Charles murió en 2004 (yo le había matado por lo menos diez antes). Jerry Lee Lewis, sin embargo, sigue de cuerpo presente, yo no lo habría asegurado. Audrey Hepburn lleva diecisiete años criando malvas. Katharine Hepburn, sólo siete. Jack Lemmon está sin respiración desde hace nueve. Y el sepelio de Joseph Cotten se produjo hace dieciséis años. Richard Harris está muerto, ¿sí?, sí, desde hace ocho años. Ben Gazzara sigue inspirando y expirando. Richard Burton estiró la pata hace ¡ventiséis años!. Fidel Castro sigue llevando guayabera y chándal. Fraga continúa coleccionando manchas en el epitelio. Walter Matthau la palmó hace una década, once meses y pico antes que su inseparable Jack Lemmon. Los abuelos Chuck Berry y Little Richard son la memoria viva del rock and roll. Carrie Fisher no es tan vieja como había imaginado (sólo 54 palos). Don Ameche se fue a hacer el Cocoon de verdad en el año 93. Un año antes que Raúl Juliá. Jessica Tandy tampoco está viva: la espichó en 1994. Tippi Hedren, empero, tiene 70 estupendos años. Rita Hayworth murió en el 87, Ava Gardner en el 90 y Burt Lancaster en el 94. Harry Belafonte y Sidney Poitier siguen siendo increíblemente guapos. Spencer Tracy lleva casi ¡medio siglo! en negro; Humprey rebasa los cincuenta años sin dar una maldita calada a un maldito cigaaaaar. De Los Siete Magníficos, sólo Eli Wallach (¡95 castañas!) y Robert Vaughn siguen en el planeta (Charles Bronson dejó de llevar peluquín hace siete). Alain Delon sigue teniendo los ojos más azules del mundo y Belmondo luce pelazo y piñetos inmaculados. Giscard d'Estaing, a sus 84 años, sigue andando erguido. François Miterrand, sin embargo, lleva catorce años sans vie. Yvonne de Carlo se quedó completamente calva hace sólo tres años. Rohmer se unió hace unos meses a los pocos cadáveres exquisitos que en la Nouvelle Vague han sido (Malle, Vadim y Truffaut). Ibañez dibuja; Escobar, desde hace dieciséis años lo hace en la otra vida. Gracita Morales está muer-te-ci-ta desde hace tres lustros. Florinda Chico sigue orondamente coleante. El fascinante Saturnino García continúa en este mundo. Manuel Alexandre tiene 93 entrañables añitos. Su compi Cassen lleva casi veinte años enterrado. Luis García Berlanga y Antoni Tapiès siguen milagrosamente vivos. José Sazatornil, también. Contra todo pronóstico, Poli Díaz consume oxígeno como el que más. Ernest Borgnine, alucinad, sigue teniendo los paletos separados. La musa Juliette Gréco tampoco le ha puesto la crucecita a su entrada en la wikipedia. Asombrosamente, Florence Griffith lleva doce años sin ponerse uñacas postizas. A alguno le sorprende que Ali MacGraw no tenga todavía fecha de defunción, a mí no. Mickey Rooney, a sus 90 otoños, conserva su cara de niño. El otro día alguien se quedó de plástico al saber que hace casi siete años que la muerte encontró simplemente irresistible a Robert Palmer. Anouk Aimée y Jean Louis Trintignant podrían protagonizar la tercera y senil parte de Un hombre y una mujer. Peter O'Toole aún no ha emprendido su postrera travesía del desierto. El gran Stanley Donen sigue paseándose por esta dimensión, por mucho que no haga nada desde hace más de una década, ni siquiera para televisión. Chillida lleva ocho años sin ver su Peine de los Vientos. Eloy de la Iglesia sucumbió hace cuatro años. Angela Lansbury podría interpretar a una Jessica Fletcher gagá. Michael Landon tomó la autopista hacia el cielo hace unos veinte años, y sin copiloto: su compi en la serie, Victor French, se había quedado KO un par de años antes...
Y podría seguir una eternidad. Apasionante, ¿no?
lunes, 5 de julio de 2010
LA IMPORTANCIA DE LLAMARSE...
No había escuchado a Hola A Todo El Mundo.
Me habían hablado más que bien.
Pero, yo qué sé...
Me hago un lío con todos esos nombres.
Viejo y rifle.
Cuchillo y tenedor.
Horror y pavor.
Espumadera y colador.
Divinidad.
Los jueves, paella.
Miedo y asco.
Se me hace raro.
De cojones.
Aquí escuchando a Cuenco y palillos.
Ná, me voy al concierto de Vajilla y ajuar.
Me dirán que qué pasa con Iron & wine.
O con Lambchop.
Y con tantos otros.
Y yo...
Me encogeré de hombros.
Callaré unos segundos.
Y diré que el disco de HATEM es muy guay.
Así que ola, olita.
viernes, 2 de julio de 2010
EL LARGO Y CÁLIDO VERANO
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