miércoles, 4 de marzo de 2015

AVE CESAR



Como buen observador, debo confesar que uno de los rituales humanos que más me fascina es el de los saludos. Esa sinfonía de gestos en teoría afectuosos se convierte en numerosas ocasiones en un catálogo de tics innecesarios, torpes, absurdos, esquivos y mal ejecutados... Que en algo tan determinante e iniciático como el tema que nos ocupa, seáis tan descuidados dice mucho de la inmensa e inigualable estulticia humana... Pero no quiero editar, daré datos:

1 - Besos al aire: costumbre muy extendida que a mí, como foráneo, me parece repulsiva. Ese chocar mejillas como quien choca palmas evitando a toda costa que los labios pillen cacho me resulta una extrema falta de educación, decoro, pundonor y humanidad. "Me das asco y prefiero darle un ósculo a esta atmósfera cargada que a tu mejilla llena de ungüentos y partículas asquerosamente vivas" parecen decir esos besos. A todos los que saludáis así sólo os digo que en algún momento de vuestra vida, echaréis en falta todos esos besos bien sonoros y lamigosos no dados, y os lamentaréis de todos los intercambios que habéis dejado pasar por haceros los estrechos y/o remilgados.

2- Apretón chuchurrido* de manos: si no queréis besar a causa de taras personales largamente atesoradas, perfecto; estrechar manos es un estupendo sustituto. Pero, si lo hacéis, hacedlo bien, con ganas, arrojo y decisión, por dios. No ofrezcáis pezuñitas flojas, sudorosas, pusilánimes. Manitas muertas, cuyo único brillo es el del sudor que las perla y que no habéis tenido la decencia de depositar en un microgesto en la pernera de vuestro sufrido pantalón. Un buen apretón de manos convence y enamora. Ensayad con los maniquíes.

3- Abrazos de pingüino: este tipo de salutación se da especialmente entre hombres. Sonoras palmaditas en la espalda en un extraño escorzo que hace que el resto del cuerpo no llegue a rozarse del todo. Una finísima grieta, que se amplía según va bajando, separa los pectorales y hombros de un abrazador y los del otro. Os desaconsejo fervientemente este saludo a no ser que seáis Danny DeVito en Batman.

4- Besos menguantes a lo Alicia en el País de las Maravillas: de todos los saludos, este es sin duda mi favorito y el que más regocijo y estupor me provoca. Consiste en ese momento en el que dos personas (suelen ser mujeres) van a saludarse con sendos besos y una de ellas flexiona las rodillas muchísimo más de la cuenta obligando a la besada a hacer lo propio, terminando ambas y sin pretenderlo como dos pitufinas haciendo sentadillas. Sucede algo aún más curioso: cuanta menor es la diferencia de altura, mayor es la flexión rodillil. He visto a mujeres de 1.60 agacharse como si fueran David el Gnomo para saludar a mujeres más altas... Es una costumbre muy graciosa que no alcanzo a entender; más cuando ni siquiera hombres altísimos practican esta rarísima competición de enanismos al saludar a féminas de menos estatura. ¿Es esto lo que entendéis por complejo de superioridad? ¿O es de inferioridad? No sé, pensad en Corbalán agachándose para besar a Gasol, y ¡dejad de hacerlo! Entre ponerse de puntillas y obligar a todo el mundo a bailar el twist a ras de suelo, mejor lo primero...


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* En mi casa siempre se ha dicho chuchurrío pero según la RAE se dice chuchurrido...

chuchurrido, da.


1. adj. coloq. Marchito, ajado, agostado.




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