martes, 26 de octubre de 2010

GRANADA CONNECTION



¡Discazo!
Una especie de maravilloso cajón de sastre
Unas luminarias recién aparecidas

Aquí va el primer single que me parece una cosa loquérrima y buenísima por mucho que tampoco sea muy representativa de lo que es el disco en sí:



¿No es acaso la frase 'Las cosas que me das, ¿por qué me las quitas luego?' un asombroso y certero resumen de casi todo? ¿Una ecuación matemática de la mayoría de los males que nos acechan y de los múltiples desengaños que nos aguardan? ¿Un prodigio de síntesis de la raíz de tantos dolores? Yo diría que habría servido hasta como himno o lema musicado de la pasada huelga general.
El 90% de la problemática mundial es eso: que te quitan cosas que previamente te han dado. La familia, los amigos, tu novia o tu novio, tu amante, tu jefe, tu empresa, en el supermercado, en la cola del paro, en la barra del bar. Todo el rato.


Nota a pie de página:

Si Brian de Palma hubiera nacido aquí haría una película sobre el affaire Puerta-profesor Neyra.

sábado, 23 de octubre de 2010

TRACK BY TRACK



Hacía mucho tiempo que no me obsesionaba hasta tal punto con un disco
De querer ponerlo una y otra vez, de escucharlo en loop mentalmente
De tener la certeza de estar ante algo perfecto

Lo escuché por vez primera entero y con atención este verano
Con los pies desnudos y en uno de esos desayunos eternos
Algo asombrosamente cercano a la felicidad absoluta

SONGS FOR BEGGINERS, Graham Nash, 1971
Once brillantes jugadores para once hermosas canciones
Ahí van, con mi agradecimiento

1. MILITARY MADNESS by Pablo Errea
Military Madness (que la pongo a tope para dejarme arañar por la guitarra acústica del principio y escuchar bien ese eco de la voz) es cálida e inmediata y parece grabada a la de tres y de una toma. Una señora primera canción. Las canciones rápidas (no me refiero al ritmo) como ésta son las que no puedo olvidar. Y en ésta se presenta el Sr. N.A.S.H. con letras stencil y la verdad, cruda, por delante:
The army had my father
And my mother was having me
Military Madness was killing my country
Solitary Sadness comes over me

2. BETTER DAYS by Fer Cash
En 1971, el año que nacimos peligrosamente Nash graba su primer disco fuera del cesto CSNY. Su disco de divorcio, todos estos viejunos hicieron uno. Y Better Days es su canción de desamor demoledora. Dont you cry cause she is gone, she is only moving on lo dice todo, los cajones sin su ropa que decia Sabina creo. Pero ademas ese sonido, la atmósfera del disco que te recoge. Canción perfecta para estremecerse con un wiski.

3. WOUNDED BIRD by Vilque
El punk no era Do It Yourself, no podías hacerlo tú mismo. Es cierto, podías agarrar una guitarra y tocarla de cualquier forma, pero luego había que organizarse en grupo con otros dos o tres, coordinarse, buscar un local de ensayo y pagarlo. Wounded Bird es Do It Yourself. Solo con una guitarra, acompañado al final de un coro más por cortesía que por necesidad, está Graham Nash dejando un surco limpio, blando y bonito, como siempre.

4. I USED TO BE A KING, by Pedro Vigil
Si para hacer canciones como ésta es necesario emanciparse (musicalmente hablando) y superar una ruptura sentimental con Joni Mitchell, bienvenidos sean los cambios. Más cercano a CSN&Y que a los Hollies, Nash se revela como el Harrison que seguramente nunca quiso ser. Nadie diría que es inglés…

5. BE YOURSELF by Manu Piñón
Creo que uno de los peores consejos que se le puede dar a alguien es “relájate y sé tu mismo”. Si a mí me dicen algo así sólo me provocaría desconfianza: ¿es que estaba haciendo algo mal?, ¿qué manera de calmarte es decirte que estás nervioso?, ¿cómo están tan seguros de que ‘mi verdadero yo’ no es lamentable? Dicho esto, me gusta ‘Be Yourself’ porque 1) hay un momento que me recuerda al “hey” de You´ve Got to Hide Your Love Away; 2) el genuino espíritu hippy de la letra, sin comeflorismo ni costra; 3) la frase “don´t theorize, look in your eyes"; 4) lo bonita que está cantada; 5) creo que la podría tocar, parece fácil; 6) el pianito que se oye cuando empieza la segunda estrofa; 7) que mencione la parábola del hijo pródigo, es la única que entendí en su día y me parece que explica perfectamente cómo funciona la familia: siempre se quiere más al que menos se lo curra; 8) el coro del final, pero no tanto cómo suena sino por aquello de imaginarme a todos los colegas de Nash compartiendo canutos y micrófono, trabajando juntos en armonía.

6. SIMPLE MAN by Milodón
Ahora que nos hacemos mayores y ya tenemos los oídos (y el alma) con un poco de callo, muchas veces nos preguntamos si tiene sentido seguir escuchando pop, si de verdad todos esos acordes mayores eran para tanto y si no estaremos repitiendo en buclea un chiste que dejó de tener gracia hace mucho tiempo. Pero entonces uno ve esta actuación de Graham Nash y el contador se pone a cero. El pop es algo tan simple como esta canción, simplemente maravillosa.

7. MAN IN THE MIRROR by Anónimo
Mirarse en el espejo sin reconocer la persona (el hombre) al otro lado. Querer olvidarse de lo que la gente -ay- piensa sobre el fin de una relación, de como las parejas (y las no parejas) proyectan continuamente imágenes de frustración en las otras parejas. De eso habla esta bonita, breve (no llega a tres minutos) baladilla con aires country, llena de melancolía asilvestrada y, a ratos, cierto resentimiento que resume lo mejor de este disco sobre finales que llevan (deben llevar) a comienzos: que todo da un poco igual, que vale que sí, pero que no. Por ahí andaban Neil Young y Jerry García, por cierto. Echando un cable al colega destrozado por la cosa esa del (des)amor.

8. THERE'S ONLY ONE by La princesita revenía
La más larga del disco.
Y colocada entre dos maravillas.
Podría pasar desapercibida.
Pasa desapercibida.
Hasta unas cuantas escuchas.
Entonces, se abre paso y se queda.
Sólo por eso le tengo cariño.

9. SLEEP SONG by El cónsul horonario
el sonido de noches sonámbulas acompañadas por el fantasma de un amor desvanecido
una melodía sencilla apoyada en un par de acordes de guitarra y un leve arreglo de cuerdas
y la voz
y los coros
nada más para la nana más estremecedora
suave por fuera pero letal si la muerdes

10. CHICAGO by Yuri Méndez
Ahí que va; no he conseguido que ninguna de las que quedaban me llegase a epatar -culpa mía por tardar tanto-, así que lo más apropiado me ha parecido hacerme una nota mental sobre Chicago antes de archivarla para siempre jamás:
Song: Chicago
Time: 2:51
Author: Graham Nash
Genre: Soft-Rock
Subgenre: Canción Protesta
Tags: pena de muerte, derechos humanos, human-rights, anti-americanism, hippy, neil young, we are the world, folk, brittish singer-songwriter, singalong, dated tunes, blues-pop, pre-post-modern, naive, the-eighties-back-in-the-seventies party, still-sixties party, songs with a context, woodstock, mid-tempo, new macbook air, philanthropist.

11. WE CAN CHANGE THE WORLD by El tapir Nicanor
El que parte y reparte no siempre se lleva la mejor parte. Baste esta muestra como prueba. Aun así, aun a pesar de no ser ni de lejos mi favorita (me robaron Wounded bird, Simple man y Sleep song, una tras otra), aun siendo como es una simple anécdota de un minuto para echar el cierre, aun así y a pesar de los pesares me gusta We can change the world. Por lo que tiene de mantra hippy. Por lo naïf. Y porque termina un disco que me parece impecable. Y punto.

miércoles, 20 de octubre de 2010

ENTRE LA ESPADA Y LA PARED

He visto Buried y Exit through the gift shop y me parece que ambas tienen cosas en común:
que hay que ir a verlas sabiendo de ellas lo menos posible
que ambas me gustaron
que las dos tocan los cojones a su manera
que tanto la una como la otra tienen sus dosis de mala hostia
y que no son exactamente lo que uno espera de ellas

Por el primer y último motivo, me callo

Sólo enlazo esto que me parece una cosa bien chula:
http://www.escritoenlapared.com/

Y esto que me ha hecho gran gracias (los créditos made in Banksy para los Simpsons):

domingo, 17 de octubre de 2010

CON TODOS MIS RESPETOS


Jueves
12:00 de la mañana
El horror existe
El horror es
Estoy en un sitio extraño
Bonito pero raro
Me sientan en una sala
Bonita pero aséptica
Blanco y negro
Empieza a llegarme un rumor
Crece en mis oídos
Una especie de gargajos cantados
Como si estuvieran serrando a alguien
En la habitación contigua
Están matando a alguien
En el cuarto de al lado
Hostia puta
Y todo el mundo parece tranquilo
Están celebrando una jodida misa negra
Con gran derramamiento de sangre y vísceras
Y nadie dice nada
Cuando mis nervios están ya a punto de reventar,
mi cabeza a punto de estallar,
mis modales a punto de despedirse,
mi equilibrio a punto de desmoronarse,
y mis sentidos a punto de quebrarse,
me asomo a la habitación de donde provienen los gritos afónicos,
las cadenas arrastradas,
y el martilleo machacón
Preparado para ver cara a cara el averno
De frente
En su lugar,
la espalda de un tipo todo de negro,
medio cartonix ya,
concentrado delante de una pantalla
Sereno parece
Retomo mi asiento
Y ahí sigue el GUASHAJORNO, ABUALAZZAJATAJA
El cantante se está comiendo el micrófono
Mientras vomita
Mientras, yo me estoy volviendo loco
Estoy dibujando calaveras
Sin darme cuenta
Estoy pintando negro
Me asalta la duda de siempre
Eterna
Matar o morir*
Y de pronto,
oh sí,
recuerdo que llevo kit de salvación
mi iPod
Me pongo With All Due Respect de Incarnations
Paso del infierno al paraíso
En una décima de segundo

El Baja Sessions de Chris Isaak se grabó en una excursión surfera a la Baja California
El With All Due Respect de Incarnations lo grabaron Bart Davenport, Bing Ji Ling y Daniel Collás (Phenomenal Clap Band) en un viaje a Tarifa
With All Due Respect huele a verano; tiene esa cosa de los atardeceres cerca del mar, de las noches estivales ligeras y leves
With All Due Respect suena a setentas, cuando el lounge no era una palabra odiosa con reminiscencias a cafés marítimos y a puestas de sol aplaudidas
With All Due Respect destila una elegancia gloriosamente old fashioned, una bendita liviandad, una sensación vaporosa y etérea
With All Due Respect es terciopelo y cosas acolchadas
With All Due Respect es groovy, es cool, es sexy, cuando nada de esto estaba manido hasta la naúsea
With All Due Respect hará que te sientas y que te creas todo eso (elegante, liviano, sexy, cool) durante 39 minutos
El disco perfecto para decirle adiós al verano
El disco perfecto para guardarse un poco de verano


Incarnations. Making Of. With All Due Respect.Español from Lovemonk Discos Buenos on Vimeo.



* Una amiga me contó una vez:
- Le dije que últimamente pensaba mucho en la muerte y él me contestó: '¿a quién quieres matar?'

He pensado en esta frase con mucha fruición. Y creo que a veces todo se resume en eso: en si eres de los que quieren morir o eres de los que prefieren matar


Nota a pie de página:
Y, por cierto, en el tren de vuelta de Barcelona el sábado tarde vi a Pepu Hernández con la Penya. Estuve a punto de arrojarme a sus pies y gritarle: 'Viva Pepu, abajo Gominolo'

martes, 12 de octubre de 2010

VERSUS

El otro día el brigadier preguntaba en la entrada de Led Zeppelin por un tal Rafa Kas. Nadie dijo nada. Y me vi en la obligación de investigar un poco sobre este tipo. Los documentos gráficos (fotos y vídeos) me parecieron lo suficientemente prometedores para seguir leyendo sobre este personaje con apellido de refresco abertzale. El tipo lo cuenta todo aquí. Una vida al filo. Haciendo versiones de Led Zeppelin y Hendrix, según nos decía el brigadier (él no se pronuncia sobre este punto); pero sobre todo fundando grupos y más grupos con ex miembros de Ilegales. Ahora da clases de guitarra eléctrica y no sé si continúa en Fe de Ratas (chascarrillo time). En cualquier caso, Rafa sigue siendo puro rock and roll: luce melenón (de origen irlandés se diría), suele ir de negro, se marca unos solos enloquecidos (dignos de Page, por cierto) y gusta de beber a morro botellas de JB (cosa que a mí me parece algo o de otra época o de otra naturaleza. Para que me voy yo a tomar una copeich o cuatro pudiendo quemar mi garganta en el infierno guisquil. Claro que sí, guapísimo).



En fin. A mí el mundo versiones me fascina. La última que me ha puesto los pelos como escarpias, las uñas como garras y los bigotes como púas ha sido esta. (Aviso: puede herir sensibilidades):



¿Vosotros creéis que no llega porque la cazadora le oprime el diafragma o es simplemente porque está out of tune? ¿Consideráis asimismo que su baile a lo Elvis epiléptico es el más adecuado para versionar el himno grungeta? Y por último, ¿de qué empresa de figuración salen esas personas que aparentan ser público: son incapaces de ocultar su estupor? Lo peor son los pobres músicos: miradlos, azorados, vista clavada en el suelo rezando para que el bochorno televisado acabe de una vez.

Pero, volviendo al mundo versión. Como en todos los amores, siempre existe el riesgo de caer en la obsesión. Y entonces es cuando llega la TRIBUTE BAND. Imagino que el proceso es: persona que toca un instrumento está en su casa, lamentándose de su falta de talento y/o éxito, mientras mira fijamente y con rabia y/o pena la pared que tiene enfrente. Colgando de esa pared, un póster que ha sido colocado ahí por su hermano o por él mismo. El cartel puede ser de Led Zeppelin, de AC/DC, de Kiss, de los Beatles o de los Rolling. Ese joven instrumentista frustrado crecerá a la sombra de unos triunfadores. Cada mañana cuando se siente delante de la batería o afine la guitarra, mirará a sus ídolos con envidia. Y, poco a poco, irá desarrollando casi sin darse cuenta un poder de mímesis escalofriante. En las fiestas del colegio tocará el Highway to hell con gorrita. En los bailes de la facultad, triunfará entre las muchachas con su imitación clavada y en air guitar del viejuno de los pantaloncitos cortos. Cuando se quiera dar cuenta, su vida será un infierno de imitación: todas las noches tocará en el Hell de MoratalaZ con su banda AZ/DZ. (Lo mejor de las tribute bands son sus nombres. Algunos son de gran ingenio: Beatlejuice, The Fab Faux; pero sobre todo, Mandonna -que aquí nos hace doble gracia-). Al loro:



Tras esta sucesión de horrores, y para acabar, os diré que a mí me encantan las versiones, que un tal Richard Cheese las hace estupendas, y que algunos de mis músicos preferidos se han dedicado al arte de rehacer con gran garbo (The Hollies, Los Salvajes o Cash). Pero si hay alguien a quien se le dan de lujo las covers es a los Muppets (por no hablar de los 'karaokes', que esos ya son grandiosos). Ahí van algunas que me hacen mucha gracia (y mira que odio a Queen):







lunes, 11 de octubre de 2010

NOCHES EN BLANCO



Por mi cumpleaños me regalaron una lámina muy bonita de pájaros
El disco de Edwyn Collins está lleno de aves
El disco de Edwyn Collins se llama Losing Sleep
Llevo algunos días con un insomnio que empieza a ser interesante
Busco los motivos sin resultado
Leo los títulos de Losing Sleep y los encuentro
Parece una lista de razones para permanecer insomne
What is my role?, Bored, In your eyes, I still believe in you, It dawns on me, All my days, Searching for the truth...

Losing Sleep es cosa seria, serísima
Losing Sleep no es bueno, es buenísimo

Y Edwyn Collins es, por si no se le ubicara, este (en 1994):

viernes, 8 de octubre de 2010

TELL ME WHICH WAY YOU LIKE THAT



Y, para cerrar la trilogía hedonista musical esta que me traigo entre manos.
La semana pasada recibí dos llamadas de dos personas distintas diciendo lo mismo 'Uf, las cosas están calentitas por aquí'. Asentí en ambas ocasiones. Por mis lares, distaban de estar templadas. Yo en casos así opto por metre le feu aux poudres que dicen los franceses, o sea por el camino del medio: prender la mecha, incendiar. Si la cosa arde, que se derrita. FutureSex/LoveSounds a todo volumen. Justin pone. Ritmo y poder. Cerrar puños. Apretar culo. Y agitar cadera. Hacer el Rosie Pérez en Do the right thing sin moverse de la silla. Mooooola.


Nota a pie de página:

El otro día vi Balada triste de trompeta.
El otro día caí en el blog de rodaje de Alex de la Iglesia.
Brillante.
Y leí este post.
Me encantó.

MI HERMANO JAVI

Quiero a mi hermano con locura.

No hace falta decirlo, pero lo digo, porque lo más importante en esta vida es decir lo que no hay que decir. Callarse lo obvio es triste, es injusto, porque lo que no se dice no pasa, no existe. La palabra confiere sentido, eso decían los antiguos. Pero otros, también bastante mayores, iban más allá. La palabra es el sentido. Las cosas son gracias a la palabra. La palabra, el decir las cosas, nombrarlas, ponerles un nombre, las coloca en el discurso, en el mundo del discurso. Las cosas existen si hablas de ellas.

El amor es así, qué tontería. Los hechos importan, pero, ¿hay un momento más importante en la vida que el oír pronunciar a la persona amada las palabras más deseadas? Decir "te quiero", es algo más que una frase. Es regalar lo mejor de tí mismo. Incluso la mentira, ese género poético tan desprestigiado, tiene su valor en esta vida que malvivimos, compuesta de verdades a medias.

Prefiero una mentira a una verdad que no convence, o aún peor: una verdad que no vale, que no me ayuda a vivir. Sin embargo, puedo deciros con rotundidad que hay pocas verdades como el amor que siento por mi hermano, eterno, estable, imperecedero, como la salida del sol, los domingos con fútbol, o las campanadas de Nochevieja.

No necesita que le diga esto. Tampoco lo necesitan mi hermana, o mi madre, por las que siento lo mismo. Nadie necesita un texto tan estúpido y simplón como éste. Parece que yo sí.


Pues eso: quieran y digan.

martes, 5 de octubre de 2010

EL ELIXIR DE LA ETERNA JUVENTUD



Nunca he pretendido ser objetivo en esto del blog.
En este caso, simplemente no puedo.
Por motivos más o menos confesables.

Ayer recibí Cardiopatía severa de Ellos.
Ayer fue un día de mierda.
Porque era lunes.
Porque todo el mundo parecía estar en pie de guerra.
Porque tenía una sesión salvaje en el dentista.

Y entonces...
Me llegó el disco de Ellos.
Y me lo pusé una y otra vez.
Y fui con la cabeza alta al sacadientes.
Mirada al frente.
Creo que incluso pegué algún bote en el metro.

Siempre igual con Ellos.
Hace diez años los encontré.
Más o menos, por aquel entonces conocí a un amigo que solía salir de los parkings subterráneos al trote y con los brazos en alto. Como los futbolistas, decía.
Pues para mí eso han sido Ellos la última década.
Salir con los brazos en alto.
Levantar los dedos con la señal de la victoria.
Dejarse ganar por lo liviano.
Morder el hedonismo.
Gozosa despreocupación.
La sensación de que todo importa no tanto.

Han inspirado coreografías perfectas.
Han sonado en mañanas negras antes de ir al 'cole'.
Han sido testigos de madrugadas interminables.
Han bendecido tardes inexplicables en salones propios y ajenos.
Han provocado pasos de baile ridículos en medio de la calle.
Han visto instantes de felicidad fragmentada en compañías inmejorables.
Pero, sobre todo, han puesto banda sonora a sonoras salidas de túneles oscuros; han presenciado patadones a dobles fondos; han atestiguado 'ya bastas' históricos; y han ayudado -demasiadas veces como para no quererlos- a decirle adiós al negro.
En la última década.
Parte de una biografía emocional.
Una chincheta es suya en el mapa de mis recuerdos.

Esta mañana desperté sin casi haber dormido. Me dolía la muela. Y aún era martes. Al tercer tema de Cardiopatía severa, ya bailaba delante del espejo. Con ganas. Con actitud. Y con, sí, qué coño, una adolescencia que está lejos de pertenecerme; pero que, sí, qué recoño, de vez en cuando es un subidón. En la novena canción, he saltado dentro de una vieja sudadera. Hacía tiempo que no me la ponía. Cuando he mirado hacia abajo, he visto una chapita de Ellos. Que debe tener mínimo ocho años. La elle es un enchufe. ¡Buenos días!

domingo, 3 de octubre de 2010

EL CAMINO DEL EXCESO



Últimamente ha habido dos cosas que me han hecho henchir el pecho de orgullo (mira, tres palabras que me dan la pota, seguidas):
1. me han dicho con admiración que tengo el pelazo de Robert Plant (aclaro: no en la época actual).
2. me han asegurado con arrobo algarrobo que, en algunos momentos (callaré cuáles, soy un caballero), me gasto ademanes de Jacques Dutronc.

Sobre lo segundo no diré nada porque aún le estoy dando vueltas. Lo primero ha caído en un momento zeppelinamente álgido. Lo mío con Led Zeppelin es como un matrimonio veterano que se lleva bien. De cuando en cuando, entran arrebatos de pasión y fases de gran enamoramiento. Recuerdas lo buenos y grandes que son. Mejores. Así estoy yo estos últimos días. Escuchándolos en loop y leyendo Led Zeppelin: Los dioses del rock, de Charles R. Cross. Un libro que, dicho sea de paso, entretendrá a los profanos (no a los morbosos: pasa por alto casi todos los escándalos que rodearon a los chicos glamurosamente greñosos) y no aportará nada nuevo a los locos de LZ, pero sí les sumergirá en gozosos universos de nostalgia (algo parecido, imagino, a ver el álbum de bodas una década después).



Nostalgia, sí, de la que me hallo yo mismo inundado. Reconozco que he lagrimeado un poco en ciertos pasajes del libro, y no sólo cuando la diña ahogado en su propio vómito el bestia de Bonham -32 castañas y otros tantos vasos de vodka tenía encima la criatura que sigue siendo considerado el mejor batería del mundo- o cuando a Plant se le cae el mundo encima al serle notificado en medio de una gira la muerte de su hijo. No. Una especie de nostalgia del exceso. A saber:

- Los cuatro miembros de LZ eran asombrosamente guapos, brutalmente talentosos, asquerosamente perfectos ejecutantes. Rollo derroche.
- A pesar de sus camisas abiertas (Robert Plant y John Paul Jones no se las abrochaban así les mataran), sus atuendos femeninos (Robert solía calzarse blusas femeninas), sus tacones y todo lo demás desprendían un peculiar y masculino sex appeal. Poca gente ha resultado tan jodidamente sexual como Robert Plant cantando de sus mil y una maneras diferentas los mil y un 'oh baby'.
- A las pocas semanas de conocerse, los cuatro zeppelines se meten en estudio. En menos de dos semanas estaba listo el Led Zeppelin I. Treinta y dos horas de estudio. Y ahí estaban Good Times, Bad Times, Babe I'm Gonna Leave You, Dazed and Confused o Communication Breakdown.
- Hasta hace unos años, el cuarto disco de Led Zeppelin llevaba vendidos 23 millones de copias, en el top five más vendido de la historia. En 1974, esta banda suponía la cuarta parte de los beneficios de Atlantic Records.
- Cuando llevaban diez años en esto de la música y tenían poco más de treinta, la prensa musical de la época los llamaba 'dinosaurios'.
- Allá por el 73, los chicos se hicieron con un jet privado que llevaba escrito Led Zeppelin en el fuselaje. La chulería inicial acabó estando justificada. Los chicos no eran bienvenidos en los hoteles: destrozaban demasiado y demasiado bien (tanto que Peter Grant, el manager, reservaba en los hoteles firmando a priori que todos los desperfectos serían pagados. Parece que, una vez en la que Grant estaba pagando un televisor que uno de los miembros del grupo había tirado por la ventana, le preguntó al encargado del hotel si no le gustaría hacer alguna vez lo mismo; éste contestó que sí; Grant le dio más pasta: 'Tenga, a este invito yo').
- La obsesión de Jimmy Page por el ocultismo y demás negruras hizo que se le fuera la olla a Camboya. Su obsesión era tal que llegó a comprar la casa y manuscritos de un tal Aleister Crowley. Un supuesto satanista, ocultista y mago ceremonial (que, por cierto, gustaba mucho a los músicos de la época: su careto aparece entre los muchos de la portada del Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band de los Beatles), y que fue declarado en su momento el hombre más malvado del mundo (aunque no sabemos si ese título es más por la época victoriana que le tocó vivir que por sus fechorías, que consistían básicamente en ponerse hasta las trancas de drogaína, tomar el sol en pelota picada y tirarse gentes de todo género sesuar; también hay quien le atribuye alguna cosa bastante más chunga tipo misas negras y algunas otras atrocidades que no he tenido el valor de investigar). El caso es que Page desarrolló gran obsesión por esta figura llegando a incluir su ley de Thelema (que básicamente lo que decía es 'haz lo que te salga de la punta del nabo -Do what thou wilt shall be the whole of the Law/Hacer lo que tú quieras será la totalidad de la ley-) en algún disco Por cierto que Page acabó deshaciéndose de la casa del tipo este y ahora es una pensión.
- Las canciones de diez minutos largos eran un clásico (una de las primeras de semejante duración fue Stairway to heaven, motivo de conflicto garantizado en CADA concierto: Page quería tocarla a toda costa para marcarse su supersolo; mientras que Plant no la soportaba: le aburría y toda la parte final tan aguda le incomodaba sobremanera) que podía prolongarse a la media hora, cuarenta minutos en directo. Un despilfarro minutil.

Recuerdo cuando fui con un amigo a ver el documental The song remains the same -que no deja de ser la grabación de varios conciertos- al Círculo de Bellas Artes hace un par de veranos. Salimos completamente incendiados. Brazos en alto. Gritando que era el mejor concierto de rock que habíamos visto en nuestra vida. Un puto exceso. Sí. Glorioso, poderoso, dionisíaco.