domingo, 6 de septiembre de 2009

BLACK IS BLACK



Salvo dos opiniones favorables (contundentemente favorables, fervientemente favorables), el resto (mucho resto) habían sido juicios sumarísimos (es una mierda, es MUY aburrida) y algunos otros, simplemente reservados (no es la hostia, pero estéticamente es TAN bonita -comentario que debo reconocer me puso los pelos como escarpias: mi experiencia me demuestra que cuando se dice eso de una película, en realidad no es sino un eufemismo de 'purito infumable bien envuelto'). Así que ahí iba yo, cargado de paciencia y temor, con las expectativas por los suelos y a, pesar de todo, los ánimos arriba (forajidos, atracos, cine negro, Chicago años 30...).

Dos horas y media después me secaba los lagrimones (qué tristezas) y me rascaba la cabeza: ¿Dónde está la caca? ¿Dónde el aburrimiento? No lo entiendo. Me gustan el duelo entre el siempre grande Bale y el por una vez contenido Depp; el personaje de Dillinger, ese ganster flipado por el gansterismo, por la figura del fuera de la ley; el ritmo; las secuencias de atraco y tiroteo; la historia de amor; la épica; la mitología... Así que me sigo dando golpecitos en la barbilla. ¿Un truño? ¿Un coñazo? ¿Qué? Quizá haya perdido la chaveta, el juicio, la capacidad de crítica o el criterio (¿acaso los tuve alguna vez?). No lo sé, pero me preocupa más bien poco si el resultado es este.

4 comentarios:

Dorothy dijo...

Lo suscribo palabra por palabra. Hace dos semanas que me hago las mismas preguntas.

El conejo blanco dijo...

La próxima vez que alguien ponga la película a caer de un burro, fíjese en las pupilas del sujeto, tapir.
Si permanecen inmóviles, no lo dude. Es un replicante.

El tapir Nicanor dijo...

hace tiempo que pienso que esto está llenito de replicantes
¿cuántos de los que te rodean, conejo, pasarían el test de la empatía?

El conejo blanco dijo...

Falanges me faltarían para contarlos, tapir.
Siendo optimista, los prefiero a los invasores de ultracuerpos.