sábado, 12 de septiembre de 2009

LA GUERRA DE LOS MUNDOS


No sabía casi nada de District 9 (cosa rara, habida cuenta que, me entero ahora, está siendo un verdadero fenómeno: bombardeo mediático, blockbuster en USA...). Pero yo, ná de ná. Que estaba bien, que la había producido Peter Jackson y que iba de marcianos. Eso y la intranquilizadora palabra gore (lo único que me tiraba para atrás) y un cartel visto en una marquesina ("si piensa que su jefe es un alienígena, denúncielo" -lo de la campaña de publicidad viral de la peli tiene guasa: más de 30.000 llamadas para delatar supuestos marcianos-). Así que con la osadía que da la ignorancia y sin saber muy bien por qué, me fui el día del estreno a la primera sesión. Con algunas cosas en contra: un sueño atroz y un mísero sandwich en el estómago; y una sola a favor: no tener ningún referente. El sueño se disipó, agradecí la tripa vacía (hay algunas escenas realmente repugnantes, asquerosamente sádicas) y el total desconocimiento (qué maravilla ya casi olvidada sentarse en una butaca con la mente libre de prejuicios y desnuda de opiniones ajenas; qué gozo tan enorme descubrir a título absolutamente individual y dejarse sorprender desde el primer fotograma). Así que, estimados lectores, si no la habéis visto y tenéis intención de hacerlo, sólo dos recomendaciones:
1- No la veáis inmediatamente después o antes de la ingesta de comida.
2- No leáis esta entrada (ni nada que tenga que ver con District 9), no ahora. No por los posibles spoilers (no es mi estilo), sino por conservar intacta y absolutamente vuestra la experiencia (buena, mala o regulera).

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Una vez hecho este aviso, me meto en el fregado. Salgo de la película dos horas después con la misma sensación que tuve cuando vi The Host (salvando, que quede bien claro, las diferencias; y hablando, ojo, de la sensación con la que salí). La de estar ante una cosa absolutamente diferente, radicalmente personal, impagablemente desprejuiciada. District 9 tiene cosas de ET, de Transformers, de V, de Alien, de La Metamorfosis de Kafka, de... District 9 da asco, hace reír, inquieta, angustia, tensa y lanza unas cuantas bombas. Falso documental, película de ciencia ficción, relato extremo y metafórico de la realidad, vehículo de denuncia (y no sólo de la obvia)... Da igual. District 9 engancha y cautiva. Con una economía de recursos encomiable, convierte un escenario imposible en uno más que creíble. Y te deja, como pasa en las buenas películas, atrapado ahí durante un buen rato, reflexionando, masticando y digiriendo. Caminando por una calle, la de siempre, que de pronto se te antoja apocalíptica; reconociendo en los rostros habituales signos de mutación. Como The Host, District 9 se pasa por el forro la corrección política, los géneros y las convenciones. O no, los usa como le da la gana. Sin miedo. Sin pretensiones. District 9 tendrá muchos detractores (hay objeciones y peros, claro), pero hay algo que no se le puede negar y es la libertad. Y resulta absolutamente refrescante (cuando no emocionante) ver una película en la que un tipo ha hecho lo que ha querido. Saludo con entusiasmo el debut de Neill Blomkamp. Como dicen los críticos: apunta maneras. Muy buenas maneras. Y agallas.

6 comentarios:

Crowley dijo...

Querido Tapir Nicanor, veo que tienes un blog muy interesante. Te invito a pasar por mi blog y leas mi post sobre District 9, si lo tienes a bien (los tapires teneis pezuñas suficientes para apretar Ctrl+Alt+Supr?)jejjeje
Saludos. Me hago seguidor y te invito a pasar por mi blog.
nos leemos

supersalvajuan dijo...

La veré en ayunas.

Vinué dijo...

Totalmente de acuerdo, Tapir, totalmente de acuerdo... Fuimos a verla el domingo sólo con esas directrices ("dicen que está bien", "la produce el majara de Peter Jackson") y nos encantó. Rara, bonita, divertida y cafre. ¡A favor, pardiez!

marguis dijo...

Como ya sabes por mi crítica totalmente de acuerdo contigo, entusiasmada me dejó.... y me encanta que la compares con The Host!!

Esteban Palazuelos dijo...

Las escenas gore son demasiado asépticas, explosión de miembros o sujeto completo y breve salpicón de sangre, echamos de menos el estilo Bad Taste,Braindead y en cuanto homenajes por no decir plagios uno de los mejores es a The Fly de Cronenberg. Lo mejor de la peli con diferencia es la escena que el robot del anuncio de Citroen dispara cerdos a los bullies del ejercito, una memorable escena al mejor estilo de La Revancha de los Novatos.

el brigadier dijo...

El hijo bastardo de Papá Braindead Jackson y Mamá la Mosca Cronenberg es una sci-fi diurna que comienza como un falso documental cámara en mano, transita steadycam mediante por las convenciones del género de acción y finaliza (ATENCION SPOILER!!!!)como E.T. con spielberianos planos de gran angular.

Aun sigo fascinado por la película y por el increible parecido (he constatado que no se trata del mismo actor) entre el tarao de Wicus y Lionel, el prota de Braindead. Ambos clavan el papel de pardillo metido a héroe por accidente.

Mu guena (y el blog del primer comentarista de la entrada, cohonudo).