martes, 29 de septiembre de 2009

MÁS BLANDO QUE LA MIERDA DE PAVO



Domingo tarde. Decidimos ir a ver Oceanworld en 3D. Me encantan las pelis de bichos. No lo puedo evitar. Me gusta ver animalitos en la pantalla, mecido (yo, no ellos) por una maravillosa, cadenciosa y modulada voz en off. De vez en cuando, me chiflan los documentales sobre la fauna y la flora en una sala de cine. Me relaja y, qué demonios, me emociona (Tierra me hizo llorar a moco tendido). Así que el plan era simplemente perfecto. Azul, agua, peces, tortugas, una pantalla gigantesca, domingueros... Pero, ay, ay, ay, resulta que los tres periódicos consultados estaban errados en lo que al horario de la película se refería. El resultado: caras de desconcierto frente a la ventanilla. Un rápido vistazo a la cartelera, y por diferentes cuestiones, una sola opción factible: El secreto de sus ojos. Bien. Había oído tanto y tan bien de ella que tampoco me pareció mal cambio.

La cosa empieza y yo me digo: 'bien'. Y luego: 'uy, uy, cursilada al canto'; pero no, el propio director se ríe de la posible cursilada. Bien. Me relajo y pienso: 'venga, venga, que esto va...' Paso por alto algunas cosas que me taladran el oído y me desgarran el ojo. Y así hasta un punto en el que ya no puedo más. Y tengo que reconocer(me) que me está pareciendo un horror, un aburrimiento, una cosa rocambolesca, una sucesión de despropósitos, una cadena insensata e infinita de vueltas de tuerca, una blandurriada sin consistencia y sin gracia. Y así a más a más. Llega un momento en el que simplemente musito en silencio pero con amargor: 'que esto acabe YA, no más giros forzados de guión, no más falsos finales, no, no y no'.

Lo único que salvo de la quema (quema que sé me va a conllevar más de un post colérico: Campanella es un director que gusta -legión de fans se gasta- y El secreto de sus ojos, una película que encanta) es Guillermo Francella y su personaje, que me parecen -ambos- simplemente magistrales. Y, por supuesto, los argentinismos (si llego a saber que me iban a cambiar tortuga por mula, me llevo un cuadernito y una linterna y apunto todas las expresiones propias de La Pampa. Hay qué ver cuánto ingenio. Fan rendido).

Dice un amigo que Campanella es "cursi para un mundo cursi". Será eso. A mí, lo cursi, en general, me espanta. Así, a lo bruto, creo que lo cursi pervierte, resta, ensucia y envilece, imposta, roba la esencia de lo hermoso, descerraja lo puro, echa almíbar innecesario y se carga el encanto que pueda haber en la inocencia. Falsifica y falsea. Pero, reconozco que hay un tipo de cursilada (la que no es afectada y que en realidad es más moñerío y ñoñada que otra cosa) que me fascina, me embriaga, me enloquece y me convierte en Superñoño, el superhéroe más blando que la mierda de pavo.

7 comentarios:

molinos dijo...

Joder, pues a mi me apetecia....ahora me dejas sin saber que hacer. Si es cursi el ingeniero me mata...

El tapir Nicanor dijo...

sobre gustos...

es que además de cursi, a mí me pareció mala...
pero tengo amigos a los que ha fascinado...
no sé...

al ingeniero, déjale viendo district 9...

Serafina dijo...

pues a mí me gustó mucho, y me trajo ecos del primer campanella en "el niño que gritó puta" (aunque sólo sea por la cara del malo que vuelve una y otra vez a mis sueños); eso sí, hay toques cursis (muchos menos que en la infumable"el mismo amor,la misma lluvia"), pero qué menos, tratándose de una peli argentina,...
Vivan los sandwich de miga!

La Rata Marcelina dijo...

campanella es cursi
pero esta peli bien vale un visionado
pues para todos los gustos hay:
humor, amor y disparos.

sandoval es muy grande
banco de semen mediante
vale que sí,
pero ni una palabra
recoges sobre darín
¿cómo es posible?
¿manía al argentino cogiste?

aburrida precisamente no es.
palabra equivocada en este caso
quizá el final final se haga largo
pero eso depende de tu necesidad de ir al baño.

que sí, que el amor que narra es cursi e improbable
vale
eso es más que discutible
pero, qué demoños,
la historia te agarra un rato!

te lo dice la rata sabia
lleva a tu ingeniero o a tu abogado...

y si a la salida discutís
es que ese chico...
no está enamorado.

chin pun!

Elena dijo...

No la he visto pero sí las anteriores y te doy la razón en cuanto a cursi ,no sé,después de estar con Pialat,McCarthy y hoy con Corbijn en CONTROL,rescatando a Ian Curtis de su obscuridad no tengo el cuerpo para Campanella.
Mi querido Tapir,comentaría muchas de tus entradas pero la dispersión es compañera de mis pocas mañas con el ordenador,me gustan los folios y el bolígrafo,de un antiguo que espanta ,ay.
Te voy leyendo,entre fotogramas y músicas celestiales.Pena lo de Aaron y Abraham,grandes.
Un abrazo luminoso desde esta orilla,entre Grizzly Bear y Joy Division.

Las Horas dijo...

Lo cursi me es tolerable a ratos, soy muy circunstancial al respecto. Un texto muy entretenido, aún así espero ver la película... quizá sí sea algo cursi, JUÁ! Saludos.

lilian tabucco dijo...

Se pongan como se pongan Luna de Avellaneda, el padre de la novia, nueve reinas, mismo amor, kamchatka son ya clásicos de la historia del cine reciente. Ricardo Darín es el mejor actor: creíble, versátil, con esa mirada...¿Cursi, dicen? Como la vida misma, ¿ o no son esos epítetos que continuamente dedican ustedes los españoles/as a sus parejas, el colmo de la cursilería? Esos churri, esos cari, esos te quiero a todas horas, están devaluando el amor con tanta palabrería.

Una vez un amigo me dijo que el cine argentino tenía intensas cualidades eméticas. Valiente boludo (hasta yo sé captar una ironía...)