viernes, 8 de octubre de 2010

TELL ME WHICH WAY YOU LIKE THAT



Y, para cerrar la trilogía hedonista musical esta que me traigo entre manos.
La semana pasada recibí dos llamadas de dos personas distintas diciendo lo mismo 'Uf, las cosas están calentitas por aquí'. Asentí en ambas ocasiones. Por mis lares, distaban de estar templadas. Yo en casos así opto por metre le feu aux poudres que dicen los franceses, o sea por el camino del medio: prender la mecha, incendiar. Si la cosa arde, que se derrita. FutureSex/LoveSounds a todo volumen. Justin pone. Ritmo y poder. Cerrar puños. Apretar culo. Y agitar cadera. Hacer el Rosie Pérez en Do the right thing sin moverse de la silla. Mooooola.


Nota a pie de página:

El otro día vi Balada triste de trompeta.
El otro día caí en el blog de rodaje de Alex de la Iglesia.
Brillante.
Y leí este post.
Me encantó.

MI HERMANO JAVI

Quiero a mi hermano con locura.

No hace falta decirlo, pero lo digo, porque lo más importante en esta vida es decir lo que no hay que decir. Callarse lo obvio es triste, es injusto, porque lo que no se dice no pasa, no existe. La palabra confiere sentido, eso decían los antiguos. Pero otros, también bastante mayores, iban más allá. La palabra es el sentido. Las cosas son gracias a la palabra. La palabra, el decir las cosas, nombrarlas, ponerles un nombre, las coloca en el discurso, en el mundo del discurso. Las cosas existen si hablas de ellas.

El amor es así, qué tontería. Los hechos importan, pero, ¿hay un momento más importante en la vida que el oír pronunciar a la persona amada las palabras más deseadas? Decir "te quiero", es algo más que una frase. Es regalar lo mejor de tí mismo. Incluso la mentira, ese género poético tan desprestigiado, tiene su valor en esta vida que malvivimos, compuesta de verdades a medias.

Prefiero una mentira a una verdad que no convence, o aún peor: una verdad que no vale, que no me ayuda a vivir. Sin embargo, puedo deciros con rotundidad que hay pocas verdades como el amor que siento por mi hermano, eterno, estable, imperecedero, como la salida del sol, los domingos con fútbol, o las campanadas de Nochevieja.

No necesita que le diga esto. Tampoco lo necesitan mi hermana, o mi madre, por las que siento lo mismo. Nadie necesita un texto tan estúpido y simplón como éste. Parece que yo sí.


Pues eso: quieran y digan.

3 comentarios:

Mylodon Darwinii Listai / Milodón dijo...

Te quiero, Tapir

Capitán Ruiditos dijo...

We too love you. And we are waiting for you to come!

katarsis dijo...

Dando la vuelta por el otro lado!