lunes, 15 de junio de 2009

LA FÓRMULA DE LA FELICIDAD


Memoria para el olvido
Grandioso título para un libro

Robert Louis Stevenson
Soberbio escritor

Y si los ensayos que se recogen en este volumen son...

- Juego de niños
- Apología de la pereza
- Libros y amistad
- La novela como chisme
- Un capítulo sobre sueños
- La filosofía de los paraguas


... ya quieres leerlo...

En el maravilloso prólogo de Alberto Manguel a la maravillosa edición de Siruela, se recoge un fragmento de un sermón de Navidad que Stevenson escribió para su familia. Dice: "Ser honesto, ser amable -ganar un poco y gastar un poco menos, por lo general volver más alegre a una familia por su presencia, renunciar si es preciso y no sentirse amargado, tener unos pocos amigos, pero éstos sin rendirse jamás, sobre todo, con esa severa condición: ser amigo de sí mismo- he aquí una empresa que requiere toda la fuerza y delicadeza que pueda tener un hombre. Posee un alma ambiciosa quien pidiera más, y un espíritu optimista quien esperase que tal empresa fuese exitosa. Hay, sin duda alguna, en la suerte humana un elemento que ni siquiera la ceguera puede controvertir: sea la que fuese nuestra tarea, no estamos destinados al éxito. Nuestro destino es el fracaso. Así es en todo arte y estudio; es así en el mesurado arte de vivir bien". Pero ojo, nada de lamento hay aquí: "Viajar esperanzado es mejor que llegar, y el verdadero éxito reside en el esfuerzo".

... ya tienes que leerlo...

Tiene razón Manguel "la filosofía de Stevenson es, sobre todo, alegre, agradecida y es por eso por lo que Stevenson es uno de los pocos escritores que dejan al lector con una impresión de felicidad".
Satisfecho y feliz, sí señor.
¡Qué inmenso placer!
¡Qué inconmensurable delicia!
De subrayar todo, todito.
O casi (más vale no perder de vista que Stevenson es de la segunda mitad del siglo XIX y perdonarle y pasar por alto ciertas cosas -¡esa misognia!-).
Lo recomiendo sin peros.
A cualquiera.
Lo dice Stevenson: "Un sentimiento compartido es uno de esos grandes bienes que hacen que la vida resulte agradable y siempre nueva. Saber que otros han sentido lo que hemos sentido, y que han visto cosas, aunque sólo sean cosillas, de forma no muy distinta de como las hemos visto nosotros, será hasta el final uno de los placeres más exquisitos de la vida".



Notas a pie de página:

"El temperamento artístico (¡que caiga una plaga sobre esa expresión!) no nos hace distintos de nuestros congéneres".
"Si un muchacho no aprende en la calle es porque no tiene capacidad para aprender".
"Es mejor encontrar un hombre o una mujer feliz que un billete de cinco libras".
"Un hombre debería avergonzarse de comer si no tiene suficiente alquimia en su estómago para convertir parte de ello en una ocupación intensa y divertida".
"Se supone que cualquier persona es capz de decir lo que quiere decir y, a pesar de la notoria experiencia de lo contrario, la gente sigue suponiéndolo".
"Pero la mirada o el gesto explican las cosas en un santiamén, comunican el mensaje sin ambigüedad (...) pues son la expresión directa del corazón, que todavía no ha sido transmitida mediante el cerebro infiel y sofisticado".
"Odio a los que hacen preguntas y odio las preguntas, hay muy pocas que se puedan responder sin mentir. '¿Me perdonas?' Dama y enamorado, en lo que llevo de vida nunca he podido descubrir lo que significa el perdón. '¿Sigue todo igual entre nosotros?' Diantre, ¿cómo es posible? Todo es eternamente distinto y, no obstante, sigues siendo mi amigo del alma. '¿Me comprendes?' Sabe Dios, a mí me parece completamente improbable".
"No nos quieren; más necios somos nosotros al malgastar nuestra vida con los indiferentes".
"No hay que hacer nada deprisa si se puede hacer despacio".
"Ser demasiado sensato significa anquilosarse, y el fabricante de escrúpulos acaba por quedarse inmóvil".
"No es sólo en las empresas acabadas en las que deberíamos honrar el trabajo útil".
PLAS, PLAS, PLAS

4 comentarios:

Charleston dijo...

es difícil leerlo y no llegar a reconciliarse con el mundo
una grata visita de optimismo y luminosidad
trasluce pureza y delicadeza sentimental,
te empapa de pasión vital sabia.
y esa humildad y conciencia de ser semejante a sus semejantes

me quito el sombrero

Milan dijo...

Misógino? Stevenson? Para nada, mujer. Como reza el dicho, un misógino no es otra cosa que un optimista informado. Así era Stevenson.

El conejo blanco dijo...

Curiosa faceta de Stevenson, el tipo que se inventó al dr Jekyll y al sr Hyde. En mi opinión, una de las más grandes metáforas sobre el hombre moderno que, cual parásito, seguimos alimentando.
Extraordinario.

piter dijo...

Ella es azuuuuullll!!!!

;)