miércoles, 9 de marzo de 2011

ULTRAMARINOS



El otro día haciendo uno de mis recorridos habituales bajé toda la calle Ave María y apercibí, no uno, sino dos milagros. Ambos en la calle Ave María (ubicación perfecta para fenómenos paranormales como estos que nos ocupan). Uno es la tienda Bajo el volcán (en el número 24), un sitio chulísimo donde se venden dvd's, vinilos y libros no muy fáciles de encontrar. Un buen amigo mío dice que le flipa la tienda: es como si la selección fuera suya. (Entre paréntesis, diré que mi amigo es un tipo con criterio y reconocido buen gusto). En la misma calle, en el 18, la librería Burma, especializada en comics y libros (mucha novela negra y relato) de editoriales pequeñitas que están editando auténticas joyas (leáse Nórdica, Periférica o Impedimenta, por citar sólo tres de toda la maravillosa eclosión de pequeñas editoriales delicatessen que están haciendo las delicias de los que gustamos de leer libros y mirarlos y tenerlos y relamerlos). Pues bien, el otro día, tras fracasar estrepitosamente en tres megastores de esos a los que vas y en los que NUNCA encuentras lo que quieres (me pillaban de paso y no quería volverme sin mi objeto de caza: un ejemplar de Hervir un oso de Miguel Noguera para un regalo), y pasando por delante de la librería Burma, me avine yo a entrar, cegado por las portadas del escaparate. Y, efectivamente, ahí estaba esperándome mi Hervir un oso, que justo acababa de llegar. Casualidades. Benditas. Me pasé media hora charlando con el librero que me mostró algunos de los tesoritos que escondía ahí dentro -especialmente los que pensaba que, dado el comic que acababa de comprar, podrían gustarme y/o interesarme-, que me explicó como le iba la cosa, y que no podía parar de compartir sus últimos descubrimientos comiqueros (como, cuando de chico, viene un amigo a casa y le enseñas tu colección de cromos). Me encantó. La tienda, el trato, la dedicación, la resistencia, y por decirlo claramente: los cojones. Los cojones de abrir una tienda así con tanto mimo y esmero en estas épocas en las que todos los días nos recuerdan que no se venden libros, que estamos en crisis, que esto se va al garete. Volví a mi casa feliz, esperanzado y con la ingenua e impagable sensación de que es posible. Lo que uno quiera. Es.

6 comentarios:

vilque dijo...

Cuando por fin despierte mi espíritu emprendedor para felicidad de familia y demás, quiero tener un negocio como Bajo el Volcán

Mylodon Darwinii Listai / Milodón dijo...

Amén

Gog dijo...

Tomo nota, Tapir milagroso. Me parece un soplo de lo más conveniente.
Por cierto, si abrieras una librería y tuvieras que llamarla con el título de un libro (como el caso que nos ocupa), ¿cuál elegirías?

el brigadier dijo...

La FNAC va a dejar de vender "presencialmente" libros y discos. Se centrará en el negocio online.
Abebooks, el portal que aglutina a las librerias de viejo de todo el mundo (Iberlibro en España) ha sido comprado por Amazon.
Cada vez proliferan más los capullos que, enarbolando un ebook y cargados de razones, proclaman: ESTO ES EL FUTURO. Su lógica, según mi parecer, no tiene alma.

Limitarnos a aplaudir iniciativas como la BEV no es más que un brindis al sol. Tenemos que comprarles los libros. Aunque no nos garanticen precio mínimo.
Me permito, siguiendo esta línea de "librerías con nombre de libro"
recomendar una vez más a mis amigos de slaughterhouse (www.slaughterhouse.es). Sólo por pasarse por su librería merece la pena el viaje hasta Valencia.

El tapir Nicanor dijo...

gog,
es algo en lo que he pensado mucho
a veces me viene la espuma de los días, o rojo y negro, o bartleby, o mil más...
pero hoy, hoy y ahora, la llamaría sin atisbo de duda: CUANDO RUGE LA MARABUNTA (que no es libro que yo sepa, pero que me rechifla: cómo suena, cómo compone y lo que esconde)

Miss Amanda Jones dijo...

Nada más que decir.