
Lanzo una botella al mar. Un mensaje a todos los cerebros creadores que en el mundo son. Un puñado de ideas para los pequeños dioses que se sacan fórmulas milagrosas de sus meninges. Aquí va un listado de inventos que deberían existir, cosas que los ciudadanos de a pie reclaman y que alguien debería materalizar cuanto antes para que el mundo fuera un lugar mejor y la vida una cosa más sencilla. Tomad nota, científicos del siglo XXI. Las masas lo agradecerán. (Dice un amigo: "estamos ahora locos con el iPad y llegar a Marte, y estas cosas siguen sin solucionarse; es bochornoso").
1- El transcriptor automático de entrevistas grabadas.
2- El comando 'undo' aplicado a la vida real.
3- La máquina de feromonas, para conseguir amor correspondido inmediato.
4- El mando apagador de teles del metro.
5- La campana astronautil para ir al cine y no oír masticar.
6- La app de iPhone que te diga qué esta pensando ella realmente.
7- Los zapatos tipo bolera con plataformas para ser alto en los conciertos; se entregarian a la entrada de la sala, en el ropero.
8- Mapas mundi personales, por ejemplo el mio tendría Los Angeles y Tokyo aqui super cerca.
9- Calendario de problemas. Un poco de organización, que hay dias que se juntan todos.
10- Policías en los transportes públicos con arcos de detección en la entrada: "lo siento, usted huele mal no puede pasar".
11- Como el de conducir, un carnet para quién pueda o no tener niños.
12- El comando “bloquear a esta persona” del Facebook en la vida real.
13- Un mando a distancia que funcionase con las personas. ¿Que no entendiste algo? Rewind. ¿Que te están tostificando la cabeza? Fast forward. Que quieres que un momento se prolongue horas: Pause. Maravilloso.
14- El clonador de personas. Tipo Blade Runner, pero a la carta. ¿Que una tia no te hace ni caso? Mandas una foto y te llega un clon exacto. “Eh, me apetece follarme a Angelina Jolie”. Pues venga. “Me llevo a George Clooney a cenar”. De puta madre. Imagínate la SGAE como se pondría.
15- El casco de empatía instantánea. ¿Cuantas veces has deseado que la otra persona sepa como te sientes? ¿Cuantas horas de conversación nos ahorraríamos? Por no hablar de frustraciones. Nada, un casco sobre la cabeza de las dos personas, dar al botón, y hala.
16- Banda sonora en algunas escenas de la vida real.
17- Botón "mute" para dejar mudos a imbéciles, pedantes y pesados. Ellos se empiezan a explayar y tu le das al mute, quedan mudos aunque sigan moviendo los labios.
18- El identificador de personas: para reconocer a alguien en cuanto lo ves, rollo ficha cerebral, y que se acaben para siempre las escenas patéticas en las que te quedas con cara de poker.
19- El SonOfBitchLISTEN (HijoDePutaALaEscucha). Funciona así: Tú lo tienes instalado en tu casa. Te llama uno por teléfono. Lo conectas. El que te llama seguirá oyendo pitidos de espera, pero tú ya estás a la escucha gracias a HDPALE. Esos segundos previos a la conversación (que tu comunicante no sabe que ya se está celebrando, si bien sólo unidireccionalmente), son los que se emplean en los últimos ensayos, en decir las verdades, en soltar lo que luego se va a callar. Son instantes preciosos para recabar la información que va a ser tan útil cuando la entrevista sea, ya sí, a dos bandas.
20- El susurrador de mails: no más amistades rotas por una broma mal leída o una coma mal puesta.
21- El stick borrador de expresiones de tedio, para los viajes de prensa.
22- El imdb conectado a la hipofisis para no volver a perder el hilo de un argumento pensando joder, dónde coño salía ese tío.
23- El silenciador de móviles. No quiero volver a oír perrea mi negra mientras leo.
24- Un discriminador de compañeros de trabajo en transporte público: que dos personas de la misma empresa no puedan ir en el mismo vagón si no lo piden expresamente (se acabaron los "qué tal, mucho lío?" "bueno, por lo menos ya es casi viernes").
25- La cuchara dulce, para las dietas. Y salada, para la hipertensión.
* Este post ha sido perpetrado con la alevosía de unos cuantos (gracias a todos) y omitiendo obviedades tipo teletransporte (por mucho y por gran desgracia que no existan, están en el imaginario colectivo). El tapir no se hace responsable de las opiniones aquí vertidas (léase este adjetivo con entonación Antonio Gala).