miércoles, 11 de julio de 2012

DESSINE-MOI UN TIGRE



Cinco razones por las que ir a ver La cueva de los sueños olvidados de Werner Herzog:

1. Por la voz en off del señor Herzog: como en todos sus documentales (al menos los que yo he visto), la narración corre a cargo de Werner. Escucharle hablar inglés en un cine es como sumergirse en algún fondo abisal. Acojonante en ambos sentidos de la palabra.

2. Por aquello de la pasión: Herzog se lo pasa pipa haciendo sus docus. Y se nota. Desafía leyes, prohibiciones, obtiene permisos imposibles, habla con locos o colgados. Ama lo que está contando y ama contarlo, ya sea hermoso como en este caso; o próximo al infierno como el caso de Grizzly Man. No hay filtro, ni distancia de seguridad.

3. Porque te reconcilia con el ser humano: en estos tiempos que corren en los que cada día que pasa te hace sentir bochorno de pertenecer a la especie a la que perteneces, La cueva... demuestra que hubo un tiempo MUY remoto en el que el hombre molaba y no era, como ahora, el más despreciable de los animales sobre la faz de la tierra.

4. Por ver cosas tan antiguas como la vida: los dibujos de esa cueva prístina (¿existe palabra más bonita?) podrían hacerse hoy o dentro de mil años. Dibujar es algo tan connatural al hombre como lo es comer o defecar (otra palabra perfecta, tan sonora y tan gráfica: defeccccccar) y es muy emocionante comprobar ese instinto primario, casi inalterado en el tiempo.

5. Porque vas a poder contemplar cosas que jamás habrías soñado.



Nota a pie de página:

Anoche vi el preparatorio de la selección española de basket contra (una bastante pocha, todo hay que decirlo) Francia. Los chicos están en forma. Como he leído hoy no sé donde, le dieron igual de bien al pincel que a la brocha gorda.

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