miércoles, 28 de enero de 2009

UNA DE PEANUTS

A Snoopy siempre le consideraron algo para pijos. Cinturones, plumieres, lapiceros, camisetas, calcetines y hasta bragas. El kit perfecto del 'osea' ochentero. El pobre perro iba emparentado a ese gato absolutamente odioso y cursi llamado Hello Kitty. Ambos rivalizaban duramente en el sector de merchandising para niñas monas y niños aspirantes a cachorros del PP. Pero no. Snoopy tiene poco de pijo, poco de amable, poco de blando y poco de inofensivo. Antecesor del brillante Calvin y Hobbes, sus viñetas son absolutamente geniales. Mientras que el mundo de Mafalda & cía recrea pensamientos y problemas de adulto puestos en bocas y caras de niño, en el universo de Snoopy son niños de verdad los que hablan, con su crueldad, su surrealismo y su humor absurdo.
Lo grande de los Peanuts es no sólo su chispeante guión, sino también lo cómico (sin estridencias) que resultan los gestos, las muecas (esos niños siempre con cara de anonadados o de flipados), los ojos, los pies y las manos de todos y cada uno de sus personajes. Snoopy cuando estira el cuello, Peppermint Patty (mi favorita) cuando se queda dormida en su pupitre con la cabeza volteada y la boca abierta, Schroeder el pianista cuando se ataca a una pieza de Beethoven en su minipiano, Charlie Brown (ese eterno aspirante a looser con el que es imposible no sentirse identificado) cuando cierra los ojos en gesto de deseperación y su sonrisa se muta en una culebrilla...
Yo también crecí con el prejuicio anti-Peanuts y ahí se quedó mucho tiempo, hasta que un día husmeando en la librería de saldos de la Casa del Libro (lugar por el que conviene dejarse caer de vez en cuando), encontré los libritos de los Peanuts en su formato antiguo y a un precio de risa. Eché un vistazo y me llevé cuantos pude. Estuve semanas peregrinando allí para completar la colección. Cosa que, lamentablemente, no conseguí del todo. Y ahí fue cuando descubrí que de pijos nada, y de cursis menos. Hubo viñetas que me hicieron carcajearme hasta el llanto. Otras cuya lucidez me dejó en un estado de estúpida perplejidad.
Hace unos días, la Filmoteca (que algunas veces obra milagros) tuvo a bien proyectar A boy named Charlie Brown (la primera adaptación cinematográfica de los personajes de Charles Schulz). Hacía mucho tiempo que no disfrutaba (qué preciosidad la secuencia casi lisérgica en la que Schroeder toca una pieza de Beethoven), ni me reía tanto (buenísima toda la parte en la que Linus está al borde de la muerte por haberse quedado sin su inseperable mantita) en una sala de cine.


Nota a pie de pagina:

Hubo un momento inintencionadamente tronchante: la traducción en los subtítulos de 'field of grass' por 'campo graso'. Jajaja.

4 comentarios:

La Rata Marcelina dijo...

este post de snúpy
parece que no ha entusiasmado
se nota que tus seguidores
son expijos o cercanos
que quieren abrir cuenta nueva
y borrarse del pasado

¡que alguien diga algo, demonios!
que yo os vi desde mi alcantarilla
a todos en el vips de lista
en aquellos maravillosos años

cobardes y renegados
ahora emprendéis la huída
sabed que snúpy os espera
a la vuelta de la esquina
con una pegata de racha
y otra del mismo caribbean
(que, por cierto, sigue abierto)

Anónimo dijo...

Joe Rata, estás sembrado
no sé los otros pero a mí
me has desenmascarado.

(Perdona el cambio de sexo pero necesitaba esa licencia para la rima, que yo no soy un rapsoda como tú)

Ahora que nadie nos oye, te confesaré que llevaba, en los mágicos 80, una gran pegatina de Snoopy y Emilio enarbolando bandera rojigualda (sin pollo, ojo) debajo del sillín de mi vespino.

Y parafraseando a la Piaf: nooo, naaa de naaa, porque noooo, me arrepiento denaaaa....

Y no me digas que el caribbean sigue abierto en la calle columela que mañana me paso. Después de la reentré de Privata y su sello triangular, esto era lo que me faltaba!

Anónimo dijo...

De ejemplo tomad
Al hombre del bigote
Que sin vergüenza
Con la cara al sol camina
Sus naúticos mediante

En constante movimiento el pasado está
Más sus formas debéis aceptar
En mochilas racheadas
O en jerseys privatizados
Si la la luz llegar queréis

La Rata Marcelina dijo...

bingo!
calle columela
corre corre
que ahí te esperan

serás bienvenido y agasajado
¡¡el pijo pródigo vuelve al hogar!!
sacrificarán las mejores vans
y todo volverá a emepezar

...no olvides la vespino