martes, 21 de julio de 2009
AGENTE PROVOCADOR
Sacha Baron Cohen no está loco, pero lo parece.
Las situaciones a las que se somete son tan extremas que parecen ideadas por alguno de los cerebros de esa cosa llama Jackass.
La incorrección política llevada a su máximo esplendor para demostrar con efectividad lo aplastantemente ridículo de tantas cosas.
Sacha se pone al servicio (integridad física incluida) de la causa de desenmascarar la estupidez siendo él el más estúpido.
Ni un titere con cabeza.
Comprendo que haya a quien le resulte insoportablemente soez, escatológicamente adolescente, brutalmente grosero, insultantemente cafre y que sus películas sean consideradas la provocación por la provocación (leáse fácil). Lo entiendo. Pero a mi me parece tan gracioso como necesario. En los tiempos TAN políticamente correctos que corren, no sobran los agentes provocadores (por mucho que, a ratos, el que nos ocupa se pase -y mucho, e injustificadamente- de rosca). Debe ser que le veo el encanto a eso de que me pillen a contrapié cada dos por tres.
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1 comentario:
De acuerdo contigo. Es un genio
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