martes, 14 de julio de 2009

EMBOBADOS


Me declaro desde ya, desde hoy, desde aquí, fan a ultranza de Abraham Boba.

Lo he descubierto tarde. Su primer disco (como Abraham Boba, que este chico militó y milita en otros pocos lares) es de hace dos años. Pero ya se sabe que nunca es tarde para convertirse. Fuga de Alcatraz es sencillamente perfecta. Perfectamente contenida. Sé que no me ayudarás... a fugarme de Alcatraz. Las hermanas Sánchez es una genialidad. La exactitud de Signos de admiración me provoca eso mismo: condenada admiración.

Acabo de hacerme con La educación, el segundo. Me duelen Capital y La educación. Hagamos algo antes de morir dan ganas de abrazar la eternidad. Dejé de buscarte, dejé de buscarte y fue entonces cuando me perdí. Ahora, en mis noches de insomnio se me aparece La vigilia. En cada salto doy más alto y trato de volar y cuando lo consigo vuelvo a despertar. Y me persigue obsesiva, pegajosa, Siete veces.

Dicen que es el Richard Hawley español. Lo emparentan con Scott Walker. Un amigo me hizo pensar en Vincent Delerm. Y por qué no en Stuart A. Staples. Y hay quien lo mete en el mismo renglón que a Leonard Cohen. No sé. Imagino que esto equivale a decir que anda sobrado de talento y de clase. Melodías y letras para viajar sin mirar atrás. Arreglos por los que no pasa el tiempo. Una voz que respira. Pausas y silabeos que dejan el aire suspendido. Las canciones de Boba se ven: si cierras los ojos, puedes dibujar mentalmente las siluetas de los músicos encorvadas sobre sus instrumentos.

Esa cosa que todos buscan y sólo algunos encuentran: emoción.


Nota a pie de página

Y ya no aguanto más: reivindico a Aute.
Que hay mucho más de él flotando por ahí de lo que se cree.

1 comentario:

Charleston dijo...

esos paisajes musicales en blanco y negro, tan intimistas, siempre gustan
su vehículo protagonista, la palabra, inteligente, perspicaz así como pelín intrincada e intelectual
uno agradecería más oscuridad o desgarro en su voz, sí presentes en la banda.
aquella rebosando elegancia y suavidad con lo que existe tal vez una discontinuidad entre ambas
no me llega a tocar del todo, llegar a ese flipe, a esa fascinación. si lo vuelvo a escuchar en septiembre lo mismo sí.
aunque lo dudo. creo, creo, que hay un punto de excesiva perfección, de premeditación. medido. como ese rock sin roll
ah!, una canción circense como para un final mola
el que lo ha comparado con Leonard Cohen...