viernes, 9 de octubre de 2009

TIEMPOS MODERNOS


Dos grandes fenómenos me han dejado últimamente honda huella en las circunvoluciones cerebrales:

1- La procrastinación: Voz de imposible dicción que según la RAE significa "acción y efecto de procrastinar". Procrastinar: "diferir, aplazar". La wikipedia, siempre más prolija, reza: "La procrastinación (del latín: pro, adelante, y crastinus, referente al futuro) es la acción (o hábito) de postergar actividades o situaciones que uno debe atender, por otras situaciones más irrelevantes y agradables". Me gusta lo de otras situaciones más irrelevantes y agradables: hace que mi mente eche a volar. La wikipedia se larga una jugosa explicación (recomiendo su lectura) que incluye tipos de procrastinadores (eventuales y crónicos, deberían haber incluido un test para autoclasificarse) y tipos de procrastinación (por evasión, por activación y por indecisión). Todo esto me encanta. La procrastinación, palabro que hasta hace poco sólo conocían cuatro y usaban tres, se ha convertido en moneda corriente en nuestra vida cotidiana. "Me ha dicho que va a..." "Nááá, ni caso es un procrastinador". "Sí, mañana voy a ver si hago..." "¿Un poco de procrastinación?". Incluso ha habido hace poco el Procrastination Day. Si los freakies ya tenían su día del orgullo, los procrastinadores no podían ser menos. Lo que no sé es si el evento tuvo gran seguimiento o muchos -bien por evasión, activación o indecisión- se dedicaron a actividades de menor peso y mayor gusto. Me fascina este fenómeno y me chifla eso de poderte definir como procrastinador. Suena muy fino y mola más que decir: "ya lo haré mañana".

2. El movimiento por la extinción voluntaria de la humanidad (VHEMT, vehementes en castellano): Fui informado de la existencia de esta corriente de pensamiento hace poco. Y, desde entonces, me tiene absolutamente abducido. La cosa consiste, así, muy resumidamente, en no procrear para acabar, de una vez por todas, con EL HOMBRE (así en mayúsculas). Bastante daño le hemos hecho ya al planeta y bastante poco nos queda por hacer a la humanidad como especie. Somos nocivos. Asumámoslo. Y prescindibles. Aprendámoslo. Hemos tocado techo (o fondo, según se mire). Los recursos no dan más de sí. Esto está superpoblado. Nos hemos cargado el equilibrio natural. Hemos acabado con unas cuantas especies animales y vegetales. Para finiquitar con tanta destrucción, debemos asegurar la nuestra asap y evitar así la desintegración final. Como toda especie, toca desaparecer. Todo llega a su fin. Y nosotros que somos seres inteligentes (bueno) y con voluntad (rebueno) podemos decidir cuándo hacerlo y cómo. El momento es ahora y el cómo es dejando de traer churumbeles a esto que hemos convertido en un inmisericorde páramo. Una decisión lúcida. Por el bien de la tierra. Por la liberación de la tierra. Para que el planeta vuelva a ser el paraíso natural que alguna vez fue. Recomiendo muy mucho leerse la web de cabo a rabo (http://www.vhemt.org/). Es cuando menos curiosa (la tabla de 'razones para procrear/razones verdaderas/alternativas sugeridas' es obra maestra. Ej: Amo a los bebés/Una visión miope de la realidad. Ej: Lo hagamos o no, el planeta ya está condenado/Natalismo nihilista).

3 comentarios:

Elena dijo...

Hace mucho que pienso esto mismo,no soy nada pro_vida,esta vidita al menos,tan descafeinada,tan estúpida que nos venden como ideal de la muerte súbita;y lo de procrear ya ni te cuento,querido Tapir,pobres criaturitas la mayoría destinados a repetir los eternos errores paternos,maternos etc.
No puedo escribirte aquí todo lo que pienso,sería demasiado largo.
Visitaré esa dirección,como siempre sugiriendo,es lo tuyo.
Un abrazo nada nihilista.

Charleston dijo...

sucede que procrastinamos nuestra autoextinción. excepción de varios que se lo toman un poquito en serio y aspiran a embalar la cosa, pero nada grave, creo.
por lo que non ti preocupari, querida humanidad
(o tal vez no, uy)

dot dijo...

como férreo defensor de la extinción voluntaria de la humanidad durante la pubertad y parte de la adolescencia me pregunto: ¿seré un visionario o la idea es realmente infantiloide?
procrastinador, eso sin duda.