lunes, 25 de mayo de 2009

DAME UN SILBIDITO


Esta ha sido la semana de los pájaros. Si el miércoles, le tocó al de apellido Sunrise. El sábado, fue el turno del llamado Andrew.
Si Andrew Bird no hubiera sido Andrew Bird habría sido un personaje de una película de Wes Anderson. De Los Tenembaums, por ejemplo. Se gasta ese aire cool no pretendido (aunque lo de salir bufanda al cuello con el atroz calor -¿bochorno?- que reinaba en la sala, en fin...), ese porte entre la elegancia y el desaliño que parece venirle de serie. Da la impresión de no saber muy bien qué será lo siguiente, como si le viniera justo en ese momento el feliz hallazgo. Se proyecta tímido a ratos para luego lanzarse a escenificar una canción como si fuera un consumado actor. Resulta tan tierno como desconcertante. Inseguro o seductor. Y presumiblemente divertido. A su manera. Su lenguaje gestual, un verdadero delirio. Lo dicho: un personaje de Wes Anderson metido a músico.
Así que ahí está él. Solo. Absolutamente solo. Con un violín, una guitarra, pedales, su supervoz y su supersilbidito (porque silbar en boca de Bird se convierte en arte, resultando lo de los demás mortales un poco de aire desordenado expelido sin mucha gracia). Detrás, un gigantesco gramófono doble. Y empieza. El señor Bird hace lo que quiere. Hace y deshace. Y de qué forma. Maneja. Llena. Algunas noches se imponen solas, marcan sus propias reglas. Lo mejor es dejarse hacer y no llevar la contraria. Bird consigue esa sensación de viaje que sólo logran algunos, de alejarse, de trasladarse a un sitio que por momentos suena perfecto, que podría ser perfecto. Me quiero quedar a vivir ahí. Un tiempo. Y, de repente, zas. El sueño se termina. La infernal temperatura hace que mi tensión descienda al subusuelo. Dejo casi de escuchar, casi de ver. Y me arrastro como puedo hacia el fondo, en busca de aire. Ya nada es lo mismo. La media hora que queda me llega como acolchada. A la salida, casi todos dicen que ha sido un poco aburrido y otro tanto repetitivo. No lo sé. No puedo saberlo. No del todo. A mí -pájara mediante- me pareció precioso.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

No lo podías haber descrito mejor :) A mi personalmente ME ENCANTO! Había momentos que como buen pájaro se ponía a volar, otros era un pequeño animalito metido en medio del bosque, qué violín! y la actuación, total!

piter dijo...

A mi me encantó también!

Me alegro que coincidieramos aunque no nos conozcamos. Ahora que dices lo de Wes Anderson...jejeje...has acertado al 100%.

En cuanto a que fue un poco repetitivo...pues posiblemente, pero es que a mi eso me da igual. Es una jodida maravilla ver a este hombre en directo. Llevaba años esperando su visita a nuestro país.

Un abrazo. Le sigo a usted atentamente ;)

PD: por supuesto, hemos coincidido con la última actualización. He colgado un video de youtube que he encontrado de la actuación en Madrid, por si te animas.

piter.

fr rolfe dijo...

sing little bird sing sing
sing little bird i love you
let your soul ooze from your bill