miércoles, 10 de marzo de 2010

ABRE LA BOCA. De piños y puños. (1ª parte)



Me gustan esas conversaciones que culebrean y se pierden. El otro día comiendo con unos amigos acabé contándoles el célebre y reciente episodio de Raphael perdiendo un diente en un concierto. Pusieron cara de no creérselo del todo (ojos achinados, boca fruncida, ceño ligeramente arrugado). En cuanto llegué a mi centro de explotación, les mandé el youtube que autenticaba el denteroso (ja) hecho. Las espontáneas respuestas fueron gloriosas. Tanto que tuve que pedir a otros amigos microrrelatos con los dientes como protagonistas. Aquí van los que he conseguido recopilar. Memorables. Como siempre, gracias por vuestro ingenio y generosidad.

1.
Una vez el Paulino y el Vito, dos de mi clase, se cascaron, Paulino le dió un puño al Vito y se le puso el piño de la paleta negro, después azul, lo tuvo un tiempo azul y un día vino sin piño, luego vino con piño blanco, pero a todos nos gustaba el piño azul y le achuchábamos al Paulino para que le metiese el puño. Vallecas, año 0.

2.
Me partí la paleta izquierda comiendo un sandwich de jamón York. El telesilla en el que viajaba era muy antiguo y apenas me entraban las piernas así que preferí dejarlas colgando. Abri el papel albal. Sin pies y sin brazos que hicieran contrapeso, la barra volvió hacia mi, me estampo el bocata y me rompió la paleta izquierda. Fui donde mi tía dentista. Me lo arregló mientras me contaba cuanto daño le había hecho Marathon Man a la consulta de su difunto padre el año de su estreno.

3.
El otro día fui a la consulta del dentista a que me hiciera un empaste. El dentista, muy simpático, me explicó que la caries estaba debajo de una funda y que la iba a intentar retirar para poderlo empastar. Al hacerlo, algo crujió y vi que el dentista palidecía: "Se ha decapitado", dijo. Aterrado, llevé la lengua donde antes estaba el diente, encontrando sólo dos picos a ras de encía. "Hay que extraer". Fui a la consulta del dentista a que me hiciera un empaste y salí sin piño. No sé si es un microrrelato, pero es una maxiputada.

4.
Campamento de verano. Un niño de once años bebe agua de un botijo. Llega uno de diez, con su repugnante sentido del humor. Se le ocurre la gracia de darle al botijo en el culo para que se le estampane en la cara al de once. Con ello, el pitorro del botijo le casca un diente al de once. Que se lanza a partirle la cara al diez, con toda la razón.
El de diez se defiende apelando al sentido del honor:
-¡Cobarde, métete con los de tu edad!

3 comentarios:

dot dijo...

ay tapir! que nos haces reír para luego sacarnos los piños!!! tapir malo.
recientemente he visto un nuevo anuncio televisivo espeluznante. no sé ni de qué producto es, supongo que algo para las encías. sólo se ve un lavabo en el que van cayendo escupitajos sanguinolentos. hasta ahí ya es suficientemente desagradable. pero no se pueden quedar ahí, no. deciden terminar de ponerte mal cuerpo con la caída de un piño de aspecto asquerosamente lamentable (como todos los piños caídos del mundo). además, han tenido cuidado de incluir el sonidillo por si acaso en la primera parte ya dejaste de mirar.
cuánta crueldad hay en el mundo, especialmente en el publicitario.

Elena dijo...

No me hables,Dot;hoy me han extraído una muela del juicio,del poco que seguramente me queda ya.
Coincido contigo en lo del mundo publicitario;hay como cierta cutrez en algunos que espanta,¿no?.Ejemplo,el que utiliza la canción "Gavilán o paloma",de Pablo Abraira,creo;cutre,cutre.
Me espantan los de Axe,los de colonias,todos iguales,con mujeres supersexys de la muerte,dicen,en posturetas que ya te digo yo que no;en fín,yo soy chica;igual a un tío le ponen.
Los mejores suelen ser los de coches;los de IKEA suelen gustarme...
Yo creo que el Tapir nos cortó el debate porque ya estaba hasta el AnacleTO de todos nos.
Un abrazo con un piño menos.

El tapir Nicanor dijo...

no, no
por mí pueden ustedes seguir el debate cuanto tiempo quieran
es más, puedo hacer ciclos temáticos: novelas para llorar, novelas para odiar, novelas para olvidar
y así...
ánimo con los dientes