miércoles, 23 de diciembre de 2009

NO ME CHILLES QUE NO TE VEO



Como no podía ser de otra manera, soy fan de las trilogías. Así que aquí va la tercera y última entrega. Con esto doy por zanjado el tema que estoy empezando a obsesionarme y voy a acabar hablando con monosílabos. Y tampoco es plan.

- Dar pereza:
Y, por ende, su contrario: ser apetecible. Se usa mucho en ciertos contextos laborales y lo que es aún más chusco (qué bonita palabra), como argumento para hacer o deshacer. Grandes propuestas de la humanidad quedan sin llevarse a cabo sólo porque "dan pereza" (en serio, ¿qué clase de argumento de peso es ese?) y otras gilipolleces se acometen con garbo y ganas únicamente porque son "apetecibles" (a quien tienen que parecérselo, obvio). Viva el criterio. A muerte con el imperio de la razón.

- Crear sinergias:
Otra de uso frecuente en el ámbito profesional, especialmente en el de los gabinetes de comunicación, relaciones públicas y el vasto lodazal de la política. Si soy sincero, nunca he entendido del todo lo que significa eso de las sinergias, y mira que me lo han explicado veces y mira que lo he leído cienes y cienes de veces en la RAE. Una parte de mi cerebro se niega a admitir que en esa expresión hecha de nada haya algo justificable, y por tanto, digno de retener.

- Darle una vuelta:
Esta también es copyright de los publicitas y comunicólogos, en general. "Dale una vuelta" o "ya le doy una vuelta". Sirve para decir de otra manera "esto es una puta mierda, vuelve a hacerlo"; o para hacerle ver a alguien que sí, que tienes en cuenta su opinión, que lo vas a pensar y que ya le dirás algo. En el primer caso, te pones manos a la obra ipso facto, mayormente porque suele ser tu jefe quien te lo suelta y no te quedan más cojones. En el segundo caso, según lo dices, ya se te ha olvidado, y lo que ocurre es que cuando se supone que ya ha pasado la vuelta esa que ibas a dar(le), tú te mantienes en tus trece, pero maquillados (y, a veces, cuela).

- Implementar:
Muy usada en el contexto de las consultorías de comunicación (sea esto lo que sea). Todo es implementable. Y toda implementación es, por parte de quien la propone y efectúa, cara de pelotas. El que la sufre y/o la acepta (la implementación) tiene que acoquinar pasta a cascoporro. Es una expresión muy útil en los planes de comunicación: sirve para vender humo, para crear necesidades inventadas y para soltar así en una reunión cuando te quedas en blanco. Lo curioso es que funciona.

- ¿Me entiendes? / ¿Me sigues?:
Estas son de bofetada. Primero porque muestran un desprecio claro y evidente a la inteligencia del interlocutor, un insulto palmario al hablado al que se le cuestiona cada ¿tres? frases su capacidad de comprensión y entendimiento. Segundo, porque cortan el ritmo del relato al que supuestamente es incapaz de seguir y entender. Y tercero, porque como toda muletilla es la mar de cansina y predecible.

- El cojo-:
Subyace aquí un notorio afán de alardear. Esta expresión se puso de moda hace unos años. La gente no se compraba coches de puta madre, ordenadores de la hostia o bañeras hidromasaje; no, se hacían con el cojocoche, el cojoordenador o la cojobañera. Muy usada en círculos de yuppies y profesiones liberales de las que hacen pasta. Si hay algo que no soporto es esa manía (muy pija) de decir tacos a medias o eufemismos de palabrotas u ordinarieces edulcoradas. Me parece el colmo de la cursilada y el ñoñerío. Sólo falta taparse la boca y soltar una risita aguda tras haber emitido el taco (taquito en este caso).

- Como te digo una cosa te digo la otra:
Esta me parece soberbia. O sea, no te digo nada. No tengo criterio. Me da igual. No sé ni lo que te digo. Y además me importa una mierda. Tan poco que ni me molesto en disimular. Una cosa. Ahora. Luego, otra. Qué coño importa. Un amigo argentino decía que la primera vez que escuchó esta expresión en su vida fue con treintaytantos y a un gallego (siento el tópico, pero así me fue contado). Se quedó tan estupefacto que pensó que había oído mal. Creo que le contestó muy serio: "No, no. No, no. O me dices UNA cosa o me dices la OTRA".

- Manda salero:
No tenía nada en contra de esta, pero hubo una temporada que mi madre la usaba todo el tiempo (perdona, mamá). Llegó a irritarme hasta extremos insospechados. Y aquí vendría toda una retahíla de expresiones vinculadas a comida o así: tener su miga (siempre me imagino a gente haciendo bolas de miga con los dedos que es algo que no me puede dar más asco), la sal de la vida (¿ein?), ser la comidilla (abomino la expresión en sí, lo que significa y el contexto condenatorio en la que suele emplearse) y poner toda la carne en el asador (otra, que al igual que dejarse la piel me da arcadetos, más si se dicen en modo autoritario o como orden "déjate la piel" o a modo de excusa: "yo puse toda la carne en el asador, pero...")

- Estamos en contacto:
Que levante la mano el que no la haya usado una, dos o millones de veces (tal cual o en su versión "vamos hablando"). Imposible escapar de ella. Es como la peste: se contagia que es un horror. Normalmente sirve para cerrar una conversación: "pues ya vamos hablando", "pues estamos en contacto"; y suele denotar lo contrario de lo que dice: normalmente los que tenían que hablar o estar en contacto, dejarán de hacer lo primero a la velocidad del rayo y perderán lo segundo en un abrir y cerrar de ojos.

- Como polla al culo:
Ascazo. Soez hasta decir basta. Y que tampoco me parece muy acertada. ¿Como polla al culo? Sí, vale, entiendo que es porque algo se ajusta y va que te cagas (ay), pero no me parece que una polla con un culo sean el mejor ejemplo de un acoplamiento fácil y perfecto de todos los que pueda haber en el planeta tierra. Prefiero eso de "me va como un guante". Por razones de probabilidad, básicamente. Otra con connotación sexual que me provoca los siete males es Bajarse al pilón. AAAAAAAAAAAH. Poto. Qué asco, pero qué asco y cuánta catetada. Pensaba yo en mi feliz ignorancia que era expresión válida para sexo oral de ambos géneros, pero no, me aprenden el otro día (lo cual no ha hecho sino redoblar mi repugnancia) que es sólo para chicas, o sea sinónimo -para que nos entendamos- de cunnilingus. ¿Y por qué se preguntarán ustedes? Porque la forma de un pilón se asemeja a la de una vulva (¿?).

7 comentarios:

dot dijo...

Como polla al culo es lo peor que he oído hace tiempo.
Repugnante, soez...
Lo malo es cuando uno empieza a utilizar algo así de coña y acaba incorporándolo a su repertorio habitual.
Esto me ha ocurrido con la siguiente: "que cada perro se lama su cipote".

El tapir Nicanor dijo...

dot,
mi cara se ha desencajado al llegar a la última frase
mis ojos casi se salen de sus órbitas
¿¿¿¿que cada perro se lama su ssssipote????
demasiado gráfico para mi salud
aaaaaaaaj

dot dijo...

jajajajajajajajaja
pues sí.
no eres el primero en quedar perplejo. y más cuando algo así sale de mi boquita de dotito.
pero es que hay situaciones que requieren una sacudida. y esta frase resume muy bien la idea y el estado de ánimo del que la dice.
y encima, te echas unas risas.

sandokan dijo...

Leer este post me ha hecho acordarme de una fiesta en una casa, hace mucho. Una puerta que no debía haberse abierto se abrió, sorprendiendo a la dueña de la casa sobre la cama y con la cabeza de un capullo entre sus piernas. Es decir, en el puto pilón. Huelga decir que la chica se convirtió en la comidilla de la fiesta...

Mylodon Darwinii Listai / Milodón dijo...

Feliz Navidul, Tapir!

Anónimo dijo...

Qué grandiosa entrada, pequeño ratón, es genial!!!

BESOS Y MISS U

El tapir Nicanor dijo...

mylodon:
mejor año!

y anónimo:
si supiera quien eres, igual te diría que yo también te echo de menos, pero añorar un anónimo es un poco... ¿raro?