jueves, 27 de noviembre de 2008

CAOS CONTROLADO

Ayer vi a Four Corners. Un grupo de jazz del que tenía conocimiento cero. Me lo recomendaron fervientemente. Y yo soy muy obediente. Así que para allá que fui. Era en el Johnny (colegio San Juan Evangelista) que es un sitio que me encanta por muchos motivos: suena bien, la gente está callada, los conciertos empiezan a su hora, estás sentado, los organizadores son amables, el ambiente es relajado y no hay nervios (ni por parte de los asistentes intentando arañar un centímetro cuadrado al de al lado, ni por parte de los responsables intentando que nada ni nadie se les cuele). Tras un piscolabis (maravillosa palabra) en la cafetería (maravillosos precios), toca acomodarse. Se apagan las luces, se anuncia el show y salen ellos. Las cuatro esquinas. El trompetista parece un ex-Angel del Infierno reconvertido a amable padre de familia, el batería es un cruce entre Terence Stamp y Daniel Craig, el contrabajista tiene un parecido más que razonable con Marlon Brando en Un tranvía llamado deseo, y el saxofonista es un Ned Flanders tridimensional. Los cuatro en vaqueros. Normalidad absoluta. No parecen tomarse muy en serio (seguramente menos que algunos del público). Qué alivio. Hay poca gente. El show arranca. Brutal e intenso. Pero también divertido y físico (casi sexual). Cuatro tipos retorciéndose encima de un escenario. Tan gozoso de ver como de escuchar. La trompeta suda. Brando baila con el contrabajo o lo parte en dos. El ritmo de la batería, marcial, embrutecido o silencioso. Y la impertinencia del saxofón. Una maraña de sonidos perfectamente ordenados. Tanto que hay partituras. ¿Cómo se escribe el caos en un pentagrama? El jazz, como los cómics, como Tom Waits, como Dylan, asustan. Pero no es para tanto. Es cuestión de intentarlo. Y si es que no, pues tampoco pasa nada.


Nota a pie de página:
Ya he visto The Spirit. Tenía que decirlo.

4 comentarios:

molinos dijo...

Qué envidia de concierto.

Gracias por tu comentario. Sobre el concierto del Bernabeu, fue de los peores de Bruce..pero los fans somos así.

El tapir Nicanor dijo...

sí, fue una gozada!

el concierto del bernabeú me pareció aburridísimo
me entretuve estudiando al público asistente
lástima que no tuviera blog por aquel entonces...

La Rata Marcelina dijo...

pero el jazz... ¿¿no era música para gente aburrida??
eso decían
en tuentifor parti pipol
pero yo no me fío
porque lo decía un inglés
con los dientes torcidos
y pelos en la nariz

ay bla bla bla
el jazz tiene partitura
y más códigos de lo que creemos
el jazz tiene trampa y cartón
y puede ser más rígido
que un camaleón

pero no me quiero entrampar
el jazz mola verlo tocar
por lo físico de que hablas
y por ver los mofletes hinchar
de dizzy gillespie
que yo en el johnny vi
allá por naintin nainti
en un verano sofocante
típico de madrid

Anónimo dijo...

Mucho sabe usted don Nicanor. Sobre el escenario, cada uno en cada una de las cuatro esquinas, cuatro de los mejores músicos -úsese aquí la versión total y hasta totalitaria de la palabra- del apasionante planeta de la música creativa. Al resto lo llaman pop, creo.