martes, 18 de noviembre de 2008

ESTA REBUENO


Un nuevo Macanudo siempre es una buena noticia. Garantizadas unas cuantas horas de sonrisa bobalicona, de corta risa, de mueca irónica, o de "sí, sí, sí". Y vale, no es el brillantísimo Calvin y Hobbes, ni el tronchante Carlitos (abro paréntesis: puede que a muchos Snoopy, les retrotraiga a alguna época pasada en la que el perrillo en cuestión era insignia de lo pijo -telojuroporsnoopy- pero, vencidos los prejuicios, las viñetas de Carlitos, Snoopy & cia son enormes: divertidas, irónicas, crueles, ingeniosas, lúcidas, chispeantes, tronchantes. Además, Snoopy, como todo animal dibujado que se precie va sobre dos patas. En los tebeos, una regla infalible es que los animales lleven parte de arriba o sean bípedos). Liniers puede ser cándido, obvio, naïf, ñoño y hasta cursi. Pero sólo a ratos. E incluso, cuando cae en el lado más azucarado resulta tan tierno que uno se queda pegado al almíbar sin complejos. Hay angustia existencial en Oliverio la Aceituna, regusto amargo en Lorenzo y Teresita, repipiez en Enriqueta, un poco de todos nosotros en las ovejas y en los pingüinos, genialidad en la la vaca cinéfila y en el señor que traduce los nombres de las películas, surrealismo en los duendes... Y es que como dice Robert Crumb en la primera página de Macanudo 3, "el absurdo no tiene fin". Menos mal.


Nota a pie de página:
A veces las cosas cambian:

2 comentarios:

Felipito Gonzalez dijo...

pañummmm

Serafina dijo...

descubrí a carlitos y compañía hace unos años y me sorprendió cómo podían destilar tanta mala leche en unas historietas de los 50,mafalda y sus amigos resultan una copia imperfecta